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ecleSALia del 11/04/07 al 31/07/10

Denuncia

testimonio

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ANTE LA CRISIS ECLESIAL

JUAN ANTONIO ESTRADA, IMANOL ZUBERO y Aburto Rike, Juan María; Adell Ventura, Joaquim; Aguinaga García Marisa; Aguirre Osacar, Alejandro; Aguirre Martín-Gil Mª Teresa; Alcalde Revilla José Luis; Alegre Santamaría Xavier; Amigot Gracia, José Manuel; Andrea García Calvo, Maite; Anta Moldón Argentina; Aranda Latorre, José Miguel; Arias Ergueta, Pedro Luís; Arnedo Forcano Ricardo; Arpide txano Xabier; Arpide Etxano Asier; Arregui Olaizola, José; Askasibar Renobales, Xabier; Apastegui Mangado, Augusto; Ayerra Rodríguez Mari Patxi; Azilu Sagastuy Jesús; Azpeitia Bengoa, Miguel Ángel; Baena Altisent Mª Isabel; Baeza Atienza Javier; Barba Pérez Carmen; Barbazán Díaz Pilar; Barja de Quiroga Mª Mercedes; Barja de Quiroga Mª Dolores; Beca Mª Pilar .; Beltrán de Otalora Goya, José L.; Beorlegui Rodríguez, Carlos; Bérchez González Rafaela; Bernabeu López José Ramón; Blanco Ruíz Antonio; Blázquez Jiménez Virginia; Boedo Osorio Rosa Mª; Bofill Portabella Roser; Bosch Sintes Juan José; Bragulat Bosom Francesc; Bueno González Rafael; Calle de la Peña, Javier; Carreras Ignasi; Carrión Mangas, Hipólito; Casas Andrés, Roberto; Carrasco Macarro Joaquín; Casasnovas Ana Mª; Castel Branco Mª Ines; Castell-Ruiz Casado, Ana; Castelli Hugo; Castillo Rodríguez Javier; Castro Recuero Jesús; Celigueta Crespo Tere; Cigüenza Zuazo, Marta; Claret Corominas Jordi; Collado Broncano Manuel; Coloma León, Agustina; Comes Ballester, Josep Antoni; Corera Oroz, Concepción; Corera, Violeta; Crende Corbera; Criado Lobato Modesta; Cruces Gaitán Timoteo; Cuenca Valdivia Pedro; De Burgos Román Juan; De Dompablo y B. de Qurirós Jorge; De Juan-Creix i Bretón Ignasi; De la Vega Cebrián María; Del Rey, Charo; Delgado López Teresa; De Miguel Rivas Carmen; De Sebastián Luis; De Tapia Pérez Emiliano; Díaz Flor; Díaz Ortiz José; Domínguez Domínguez Matías; Duato Gómez-Novella, Antonio; Echávarri Zuazu, Mª Angeles; Echeverría Erro, Jesús; Echeverria Erro, Teresa; Eizaguirre Díez de Rivera Carmen; Espino Granado José Luis; Esquinas Candenas Mercedes; Estrada Díaz Juan Antonio; Etxeazarraga Gokikoetxea; Fanjul Suárez Gonzalo; Fernández Barberá Carlos; Fernández Benítez, Miguel; Fernández Campoamor Beatriz; Forcano Cebollada Benjamín; Forcano Lloveras Antonio Mª; Fuster Junquera Patricia; García-Aguiló Lladó Matilde; García Albertos José Ramón; García-Castellano García Ana; García de Eulate Romanos Mª Jesús; García García José Luis; García González Quintín; García Monge José Antonio; García-Moreno García Catalina; García Pérez, Rubén; García Roca, Ximo; Garrido Amado Mª Victoria; Garzón Montenegro Elena; Gaztambide Roldan, Sagrario; Gil, Carlos; Giménez Meliá Josep; Ginel Viela Alvaro; Gómez-Marthino Cortés Ana; Goikoetxea Iturregui, Marije; Goikoetxea Iturregi, Enrique; Gómez Cañedo, Julio; Gómez Rodríguez, Enrique; González González Ana Mª; González Faus José Ignacio; González López Guillermo; González Tánago Julio; Goñi Soroa, Javier; Górriz Latorre, Jorge; Gorrochategui Oyaneder Carmen; Grande Lorenzo Beatriz; Gutiérrez del Val, Macrina; Haya Oteiza Margarita; Hernández Rey Carmen; Hernández Zubizarreta Antonio; Hernández Martínez Antonio; Ibáñez Pastor Luis; Iglesias Meilan, Jose Luís; Iragui Aguinaga, Sixto; Iribarren Echarri Mª Teresa; Iribarren Lizarraga, Jesús; Iruretagoyena Sánchez, Javier María; Isusquiza Yarritu, Luís Ignacio; Jiménez Larrea, Marta; Jiménez Urbano, José Luis; Joya Castellano Blanca; Juan Herranz Gema; Laborda Hernández, Joaquin; Lanao Clavera Jesús; Largo Macho Otilio; Larraya Zaragüeta Manuel; Linaza Antonio; Llano, Ana; Llorente Mingo, Javier; Lobo Alonso José Antonio; Lois Fernández Julio; López Bruñet Trinidad; López López Juan Francisco; López Yebra Emilio; Lunar Hernández Carmen; Madariaga Garamendi, Iosu; Maestrojuan Correcher, Pilar; Malla Escofet Pilar; Marone Borbón Mª Teresa; Markina García, Nerea; Martín de la Concha José Luis; Martí Félix; Martín Martínez, Vicenta; Martínez de Ag. Ortiz de Zárate, Javier; Martínez Flórez, Ángel; Martínez Genique Alberto; Martínez García Salvador; Martínez González Manuel; Martínez Gordo Jesús; Martínez Lalmolda, Carmelo; Martínez Rodamiláns, Ana María; Martínez Sola Mª Mercedes; Masiá Clavel, Juan; Mateo de Miguel Felícitas; Mendezona, Mikel; Mendia Gallardo, Rafael; Mendoza García Salvador; Merino Paz Dolores; Merino Pérez Lorenzo; Mesperuza Rotger, Eskolumbe; Miaja de Sarrazo Ana María; Mirena Bakaioa Joseba; Mora Moracho, Natividad; Moreno Domingo Carmen; Moreno Muguruza Carmen; Moreno Muguruza Mercedes; Moreta Ignasi; Mostazo Alava, Ana Carmen; Muerza Serra, Javier; Múgica Munárriz, Guillermo; Mujal Lluis G.; Muñoz Barrera, Francisco; Murillo Urcelay Isabel; Mutiloa Goldáraz, Mª del Carmen; Oiz Ibarrola, Roberto; Oliveres Sanvicens Mª Lluisa; Onrubia Javier; Ontañón Carrera Guillermo; Oñate Lamas Joan; Oñate Landa M Carmen; Oñate Landa Javier; Oroz Echarri, Ramón; Orradre Esáin Miguel; Ortega González Ascensión; Ortega Rodríguez Álvaro; Ortuzar Arines Bingen DNI; Osés Serda Mª Asunción; Oyarzabal Elena; Pagola Lorente, Javier; Paradinas Riestra Luis; París Aristy, Patxi; Pasto Bodmer Alfredo; Pastor Blancou Sofía; Peña Herrero Julia; Peña Vázquez Manuela; Perea, Joaquín; Pereda Olarte Carlos; Pérez de los Santos Héctor; Pérez Hernández Rafael; Pérez González Mª José; Pérez- Soba Baró Pilar; Pérez Tapias Juan Antonio; Pico de Coaña de Valicourt Yago; Pizarro Segundo; Prudencio Morales Mª Luisa; Pujol Lago Pura; Queralt Llaudert Eulalia; Quirós Saíz José Luis; Raguer Hilari; Ramirez de Olano Egurbide, Maria Begoña; Reino Prada Miren Estibalitz; Renedo, Heraclio; Riega Riega, Mª Isabel; Ríos Villanueva Marta; Rodríguez Aguado Eubilio; Rodríguez Fernández, José Miguel; Rodríguez García, Micaela; Rodríguez Gómez Franco; Rodríguez Sánchez Antonio; Rodríguez Teso Agustín; Rosende Paz, Emilia; Ruiz Fernández Cristina; Ruiz Orbezua Elena; Ruiz Torres Tomasa; Sacristán Gárate Pilar; Saenz de Cabezón Anitua Miguel; Sáenz de Ugarte Eguskiza, Luis; Saenz Novales Patricia; Sagaseta Castaño, Juan José; Sala Canela Magda; Salamero Duaso, Mª Cruz; Sánchez Maus Jesús; Sánchez Menéndez Pedro; Sánchez Monroy, Ignacio; Sánchez Torrado Santiago; San Martín Picabea, Inés; San Martín Oncea, Vicente; Sasia, Peru; Sastre García Jesús; Seguí Martí Anna; Sobrino Aranzabe, Itziar; Sol Bachs Salvador; Tamayo Acosta Juan José; Tascón Fernández Julio; Terribas Alamegó Jaume; Tito Lloret Amelia; Tojo Menéndez José Ramón; Toña Guenaga, Ángel; Torrens Viladecans Josep; Torres García, Carmen; Torres Pérez, Mª José; Torres Queiruga, Andrés; Tortosa Alarcón José María; Tostado Sánchez Pedro; Totosaus Josep Mª; Turias Dancausa, María Isabel; Ulibarri Fernández, Florentino; Ulloa Edith; Uraga Laurrieta, Bittor; Urda Alguacil Antonio; Uribarri, Juanto; Urrutia Gómez, Javier; Vázquez Torres, Magdalena; Velasco Criado Demetrio; Velasco Martínez Rufino; Vélez Sáez, Mª Soledad; Vicente Martín Mª Antonia; Vila Despujol Ignacio; Villar Villar Evaristo; Vitoria Cormenzana, F. Javier; Zabalo Gómez, Francisco Javier; Zubía Guinea Marta; Zubero Beascoechea, Imanol; Zumalde Otegui, Ana María; Zugasti Martínez, Mª Jesús.

ECLESALIA, 20/04/08.- Somos conscientes de que este escrito es un procedimiento extraordinario, pero nos parece que también es extraordinaria la causa que lo motiva: la pérdida de credibilidad de la institución católica que, en buena parte, es justificada y que los medios de comunicación han convertido ya en oficial, está alcanzando cotas preocupantes. Este descrédito puede servir de excusa a muchos que no quieren creer, pero es también causa de dolor y desconcierto para muchos creyentes. A ellos nos dirigimos principalmente.

1.- La Iglesia fue definida desde antiguo como santa y pecadora, “casta prostituta”. Crisis graves no han faltado nunca en su historia, y la actual puede dolernos pero no sorprendernos. Toda crisis es siempre una oportunidad de crecimiento, si sabemos en estos momentos “no avergonzarnos del Evangelio” y amar a nuestra madre. Sabiendo que el amor a una madre enferma no consiste en negar o disimular su enfermedad sino en sufrir con ella y por ella. Si deseamos una Iglesia mejor no es para militar en el club de los mejores, sino porque el evangelio de Dios en Jesucristo se la merece.

2.- No hay aquí espacio para largos análisis, pero parece claro que la causa principal de la crisis es la infidelidad al Vaticano II y el miedo ante las reformas que exigía a la Iglesia. Ya durante el Concilio se hicieron durísimas críticas a la curia romana. Más tarde Pablo VI intentó poner en marcha una reforma de esa curia, que ésta misma bloqueó. Es muy fácil después convertir a un papa concreto en cabeza de turco de los fallos de la Curia. Por eso preferimos expresar desde aquí nuestra solidaridad con Benedicto XVI, a nivel personal y a pesar de las diferencias que puedan existir a niveles ideológicos: porque sabemos que los papas no son más que pobres hombres como todos nosotros, que no deben ser divinizados. Y que si algún error grave se cometió en todos los pontificados anteriores fue precisamente el dejar bloqueada esa urgente reforma del entorno papal.

3.- Una de las consecuencias de ese bloqueo es el injusto poder de la curia romana sobre el colegio episcopal, que deriva en una serie de nombramientos de obispos al margen de las iglesias locales, y que busca no los pastores que cada iglesia necesita, sino peones fieles que defiendan los intereses del poder central y no los del pueblo de Dios.

Ello tiene dos consecuencias cada vez más perceptibles: una es la doble actitud de mano tendida hacia posturas lindantes con la extrema derecha autoritaria (aunque sean infieles al evangelio e incluso ateas), y de golpes inmisericordes contra todas las posturas afines a la libertad evangélica, a la fraternidad cristiana y a la igualdad entre todos los hijos e hijas de Dios, tan clamorosamente negada hoy. Otra consecuencia es la incapacidad para escuchar, que hace que la institución esté cometiendo ridículos mayores que los del caso Galileo (pues éste, aunque tenía razón en su intuición sobre el movimiento de los astros, no la tenía en sus argumentos; mientras que hoy la ciencia parece suministrar datos que la Curia prefiere desconocer: por ejemplo en problemas referentes al inicio y al fin de la vida). La proclamada síntesis entre fe y razón se ve así puesta en entredicho.

4.- Pero más allá de los diagnósticos, quisiéramos ayudar a actitudes de fe animosa y paciente para estas horas negras del catolicismo romano. Dios es más grande que la institución eclesial, y la alegría que brota del Evangelio capacita hasta para cargar con esos pesos muertos. No vamos a romper con la Iglesia, ni aunque hayamos de soportar las iras de parte de su jerarquía. Pero tememos la lección que nos dejó la historia: las dos veces en que el clamor por una reforma de la Iglesia fue universal y desoído por Roma, están relacionadas con las dos grandes rupturas del cristianismo: la de Focio y la de Lutero. Ello no significa que la ruptura fuese legítima: sólo queremos decir que no pueden tensarse las cuerdas demasiado. Tampoco vamos a romper, porque la Iglesia a la que amamos es mucho más que la curia romana: sabemos bien que apenas hay infiernos en esta tierra donde no destaque la presencia callada de misioneros, o de cristianos que dan al mundo el verdadero rostro de la Iglesia.

5.- Durante gran parte de su historia, la Iglesia fue una plataforma de palabra libre. Hoy nadie creerá que un santo tan amable como Antonio de Padua pudiera predicar públicamente que mientras Cristo había dicho “apacienta mis ovejas”, los obispos de su época se dedicaban a ordeñarlas o trasquilarlas. Ni que el místico san Bernardo escribiera al papa que no parecía sucesor de Pedro sino de Constantino, para seguir peguntando: “¿hacían eso san Pedro o San Pablo? Pero ya ves cómo se pone a hervir el celo de los eclesiásticos para defender su dignidad”. Y terminar diciendo: “se indignan contra mí y me mandan cerrar la boca diciendo que un monje no tiene por qué juzgar a los obispos. Más preferiría cerrar los ojos para no ver lo que veo”... Precisamente comentando este tipo de palabras, escribía en 1962 el papa actual (en un artículo titulado “libertad de espíritu y obediencia”): “¿es señal de que han mejorado los tiempos si los teólogos de hoy no se atreven a hablar de esa forma? ¿O es una señal de que ha disminuido el amor, que se ha vuelto apático y ya no se atreve a correr el riesgo del dolor por la amada y para ella?”.

Así quisiéramos hablar: no nos sentimos superiores, pues conocemos bien, en nosotros mismos, cuál es la hondura del pecado humano. La Escritura, hablando de los grandes profetas, enseña que su destino no es el protagonismo sino la incomprensión; y ante eso nos obligan las palabras del apóstol Pablo: “si nos ultrajan bendeciremos, si nos persiguen aguantaremos, si nos difaman rogaremos”. Pero nos sentimos llamados a gritar porque también hay allí una imprecación impresionante que tememos tenga aplicación a nuestro momento actual: “¡por vuestra causa es blasfemado el nombre de Dios entre las gentes!”.

“Fijos los ojos en Jesús, autor y consumador de la fe” sabemos que podemos superar estos momentos duros sin perder la paciencia ni el buen humor ni el amor hacia todos, incluidos aquellos cuyo gobierno pastoral nos sentimos obligados a criticar. Este es el testimonio que quisiéramos dar con estas líneas. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

presencia

presencia

¡SEÑOR, RESUCÍTANOS!
CARMEN ILABACA H., ccbilabaca@hotmail.com

ECLESALIA, 13/04/09.- La presencia de las mujeres en el seguimiento a Jesús fue hasta la Cruz como algunos de sus discípulos... pero siguieron más allá y también se hicieron presentes en la resurrección...

Los textos de estos días deben resonar muy fuertemente en las mujeres, pues nos hacen sentir partícipe de la misión del Resucitado y su Causa: Reino de Vida, de Justicia, de Amor y de Paz.

Y, yo... soy Mujer.

El camino al Gólgota de hoy pide a las mujeres que siguen a Jesús la misma fuerza y tenacidad ante el sufrimiento y la humillación por los Pilatos y Judas de esta época.

En pleno siglo XXI debemos las mujeres afirmarnos en la fe y con fuerza y coraje enfrentar esta “dejada de lado” en cargos y responsabilidades eclesiales.

Tenemos tanto que dar las mujeres en la iglesia católica, tal como lo hicimos en el seguimiento a Jesús hace ya dos mil años. Pero, hoy aún existen Judas y Pilatos que se lavan las manos dejando de lado la participación de la mujer en esta iglesia universal.

¿Qué nos diría Jesús en el camino al calvario este año? “Resistan y lleguen hasta donde quieren llegar”. Yo no pretendo ser sacerdote, sino que exijo respeto a mi condición de mujer creyente. Además, en los tiempos de Jesús no había sacerdotes, sino un pueblo: una comunidad.

En el Nuevo Testamento se usa la palabra “sacerdote” cuando se refiere a Él y al pueblo en su conjunto, nunca lo hizo a hombres en forma individual. Dicen los textos que a partir del siglo IV esta palabra se hizo común en el pueblo cristiano.

Entonces, yo entiendo que Jesús dejó discípulos y apóstoles formando una gran comunidad donde había –obviamente- mujeres en que juntos servían a los demás.

Hoy, Señor Resucitado... nosotras las mujeres te sentimos vivo en nuestro corazón, tú ya nos reivindicaste. Jesús tenía razón. Dios está de parte de Jesús, Dios ha respaldado la Causa del Crucificado y las crucificadas de hoy. Jesús ha resucitado... ¡Vive! ¡Dios! ¡Padre/Madre!: ¡Resucítanos hoy también a nosotras en esta iglesia que Tú nos regalaste estando aún despojado de todo en la cruz... nos seguiste dando... nos diste a tu madre! (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Fiesta de Resurrección 2009

patear

patear

G-20, LA CUMBRE DEL DIOS MAMÓN
PEPE LAGUNA, pepe.laguna@yahoo.es
PARLA (MADRID).

ECLESALIA, 30/10/08.- El presidente español Rodríguez Zapatero anda estos días pateándose medio mundo, en busca de apoyos que avalen su presencia en la cumbre que reunirá el 15 de Noviembre en Washington a los líderes de las 20 principales economías del mundo (G-20). ¡Cómo no va a estar España, octava potencia mundial, en ese encuentro! Yo echo de menos una actividad diplomática similar por parte de Benedicto XVI, no porque el Papa deba reivindicar para el Vaticano una posición privilegiada en el ranking de los países ricos, sino porque alguien debería exigir la presencia en esa cumbre de los millones de empobrecidos que constituyen la mayoría numérica del planeta. Una exigencia que la Iglesia podría/debería asumir como propia.

Si en la cumbre se van a decidir los fundamentos de un nuevo orden económico mundial, esto no puede hacerse de espaldas al sufrimiento de las tres cuartas partes de la población. No es verdad que los principales problemas de la humanidad sean el endeudamiento del Leaman Brother, el desplome de Wall Street o la bajada del IBEX. Los verdaderos problemas son la sangría de muertos en las pateras del Estrecho, el genocidio inminente en la república Democrática del Congo, o la hambruna endémica del continente africano. Aunque los informativos nos lo presenten con sordinas eufemísticas: “muertos por hipotermia”, “fallecidos por inanición”, la realidad que golpea el estómago y la conciencia es que, en el siglo XXI, hay seres humanos –especialmente niños y niñas- que mueren de hambre y frío. El problema del mundo no es que el banco Santander Central Hispano gane algo menos de los 10.000 millones de euros previstos para el 2008, sino los 13 millones de africanos amenazados por el hambre, los 200 mil niños de la calle de Brasil, los 25 millones de desplazados internos o los 10 millones de refugiados a causa de los conflictos armados.

Desde su cercanía compasiva al dolor de los excluidos, la Iglesia samaritana debería gritar su indignación a la cumbre de adoradores del becerro de oro. Alguien debería recordarles a los sumos sacerdotes del mercado, que la alteridad radical de la realidad son los pobres de este mundo por delante de cualquier otro interés.

Si la erradicación de la pobreza no es el asunto prioritario de la cacareada cumbre mundial, asistiremos a una ceremonia del culto al dios Mamón que exigirá la sangre de víctimas inocentes para seguir alimentando los graneros del rico Epulón. Ojalá la Iglesia se sienta urgida por el sufrimiento de tantos hombres y mujeres y exija su presencia profética en esa cumbre. Benedicto XVI debería comenzar ya a patearse el mundo. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).


corresponsabilidad

corresponsabilidad

NUESTRA CORRESPONSABILIDAD ECLESIAL
Carta abierta al obispo de Barcelona y a los otros obispos de la Tarraconense
COMUNITAT CRISTIANA JOAN N. GARCÍA-NIETO
CORNELLÀ DE LLOBREGAT (BARCELONA).

ECLESALIA, 28/10/08.- Queridos hermanos en Cristo, Lluís Martínez Sistach y obispos de la Iglesia Tarraconense: Al acabar un curso de reflexión sobre la Iglesia, sentimos el deseo de compartir con nuestro Obispo de Barcelona algunos de nuestros puntos de vista e inquietudes con ocasión de su visita pastoral a Cornellá. Como no hubo ocasión de hacerlo, ahora os queremos hacer llegar estas inquietudes a vosotros, obispo de Barcelona, pero también a los otros obispos de la Tarraconense, con la voluntad de colaborar en aquella renovación constante que es propia de la Iglesia, según nos recordó el Vaticano II. En primer lugar tenemos el gusto de presentarnos y a continuación compartiremos nuestras reflexiones.

La comunidad Joan N. García-Nieto

Somos la comunidad cristiana popular Joan N. García-Nieto, de Cornellà. Hace más de cuarenta años iniciamos nuestra experiencia eclesial y hoy, después de un largo y difícil camino, somos más de cincuenta personas, la mayoría de las cuales procedemos de los movimientos laicos del tardo franquismo: HOAC, ACO y JOC. Con la gracia de Dios hemos vivido grandes transformaciones y adaptaciones de acuerdo con los signos de los tiempos.

El perfil de nuestra vida comunitaria ha sido, sin duda fruto del Concilio Vaticano II. Nuestra juventud quedó impregnada e iluminada por las novedades eclesiales que surgieron de la inspiración del Papa bueno, Juan XXIII, y de las conclusiones que el episcopado mundial, guiado por el Espíritu Santo, supieron traducir en constituciones y documentos aprobados por mayoría. Para nosotros, en el momento actual, todavía constituyen guías y referentes básicos de nuestra concepción de Iglesia.

Durante nuestros inicios nos acompañó sobretodo Joan N. García-Nieto París, s.j. y también el laico Alfonso Carlos Comín, cristianos de valor reconocido, que fueron determinantes para impulsar el espíritu comunitario en todos y cada uno de nosotros. A pesar de ello, fueron acusados de comunistas y herejes por determinados sacerdotes que dirigían algunas parroquias de Cornellá. Pero siguiendo el ejemplo de Joan N. García-Nieto hemos tenido prudencia y audacia para hacer frente a las descalificaciones y distanciamientos. La jerarquía lo consideró siempre un político y un líder obrero y despreció su obra “pastoral”. Hicimos un largo camino juntos y en su intenso recorrido sufrió mucho – en buena parte su sufrimiento procedía de ver una Iglesia poco enraizada en los problemas del mundo – hasta que su delicado corazón se paró la mañana del 23 de julio de 1994, catorce años exactos después de la muerte de Alfonso Carlos Comín. No murió como muchos hubiesen deseado, participando en algún miting político o encabezando una manifestación obrera en el Baix Llobregat. Joan moría mientras celebraba la habitual eucaristía de las 8 de la mañana, acompañado de una quincena de viejitas. Acabada la consagración del pan y del vino, de repente se desplomó sobre el altar y de la herida que se produjo su sangre se mezcló con la del cáliz recién consagrado. ¡Qué regalo que Dios le concedió!

La comunidad siempre ha sido un grupo abierto y promotor de comunión eclesial en Cornellá y en toda nuestra zona, aunque reconocemos que hemos tenido ciertas dificultades para relacionarnos con la jerarquía, excepto con los vicarios episcopales de aquellos tiempos, Mn. Batlles y Josep Vidal Aunós, con los cuales colaboramos a través del consejo pastoral de la zona sur. Después de aquella muerte de Joan, todos sus detractores de iglesia se quedaron sin palabras. A nosotros la ausencia de Joan N. García-Nieto nos dejó anonadados y con cierto temor por el futuro de nuestra comunidad. Pero la obra de Joan había de tener continuidad y pronto su ausencia la vivimos como una forma de presencia entre nosotros, dándonos ánimos para continuar adelante, tal como Jesús hizo con sus seguidores, aun reconociendo, como es obvio, nuestra pobreza ante la Buena Nueva de Cristo y las exigencias de su seguimiento.

Sobre nuestra vida actual, hicimos llegar un resumen a través del Arcipreste de Cornellá al Arzobispo de Barcelona con ocasión de su visita pastoral.

Nuestra visión de la Iglesia actual

Queremos ahora comunicaros nuestra visión de la Iglesia, teniendo en cuenta vuestra gran responsabilidad en su guía. Nuestra dinámica comunitaria nos lleva a hacer reflexiones sobre muchos temas que nos interesan, con la voluntad de afrontarlos desde una actitud profética a ejemplo de Jesús. Desde el mes de septiembre del 2007, hemos reflexionado sobre la situación actual y futura de la Iglesia a través del estudio de documentos, reflexiones personales, encuentros de discernimiento en grupos y finalmente haciendo una puesta en común entre todos los miembros de la comunidad. A lo largo de la reflexión, hemos tomado conciencia de la importancia del tema y hemos sentido la necesidad de haceros llegar nuestras conclusiones como exigencia de nuestra corresponsabilidad eclesial y de la caridad fraterna.

En primer lugar, creemos que la Iglesia no hace autocrítica de los errores históricos y desviaciones del Evangelio. Acostumbra a usar apologéticas y actitudes defensivas que la gente ya no acepta. Tuvo lugar el Concilio Vaticano II, que fue un verdadero brote primaveral. Hoy, después de cuarenta años, tenemos la sensación de que, sin pasar por un verano de frutos maduros y abundantes, desde las instancias superiores del Vaticano y con la colaboración de determinadas conferencias episcopales, la han puesto en un invernadero permanente. ¡Cuántos grupos y personas intentamos un verdadero “aggiornamento”! Pero finalmente, desmotivados e incomprendidos, muchos se han ido quedando por el camino de la historia.

Mucho más cerca de nosotros, preparamos y celebramos la Asamblea Diocesana de Barcelona, donde muchos nos implicamos con gran entusiasmo. ¿Y qué queda? Una de las conclusiones principales era la de potenciar las pequeñas comunidades, sin embargo nunca nos hemos sentido apoyados ni nos ha llegado ninguna iniciativa para recoger nuestras aportaciones. Más tarde tuvo lugar el Sínodo de la Iglesia Catalana. Parece que todas las conclusiones y esperanzas han sido engullidas por la Conferencia Episcopal Española. Podríamos aludir a otros hechos y acontecimientos, pero creemos que los ejemplos mencionados son suficientemente claros.

En segundo lugar, queremos manifestar nuestra preocupación por el progresivo alejamiento de la Iglesia por parte de diversos sectores de la sociedad. Históricamente se dice que la Iglesia empezó por perder los sectores intelectuales, a continuación s desentendió del ámbito obrero, de lo cual tenemos una experiencia muy cercana. En las últimas décadas se alejan los jóvenes, a pesar del esfuerzo que habéis hecho para catequizarlos. Y hoy serán las mujeres las que, de forma masiva, se alejen de la Iglesia por el injustificado grado de marginación que todavía se les impone. Desde nuestra modesta opinión, la Iglesia representada por los estamentos superiores pierde credibilidad y autoridad.

Lo mismo sucede con otros aspectos eclesiales como la atribución personal del Papa para escoger a todos los obispos del mundo. Aceptamos que el Papa tenga la responsabilidad de confirmar en la fe a sus hermanos, pero no se tendría que atribuir la autoridad de reservarse el nombramiento de todos los obispos. Creemos que en los lugares donde la Iglesia está establecida, el nuevo obispo se tendría que escoger en su propia diócesis y ser aceptado por la mayoría de los fieles y el nombramiento, como mucho, debería ser competencia de la Conferencia Episcopal, o todavía más adecuado del ámbito regional.

En tercer lugar, desde mucho tiempo atrás los obispos son un colectivo silencioso y sumiso a las indicaciones y deseos del Papa. A la mayoría no se les ve con el carisma del liderazgo y tienen poca capacidad para adaptarse a las nuevas exigencias pastorales de los fieles.

En concreto, continua pendiente una asignatura del Magisterio que es una decidida colaboración en el crecimiento adulto de la fe, para que se pueda actuar libre y responsablemente, sin coartar la libertad y la conciencia de las personas. De esta manera nos ahorraríamos tantos listados moralistas, confeccionados a menudo por personas alejadas de los problemas de la gente y no caeríamos en fundamentalismos ya pasados de moda. Como esto todavía está por hacer, el orden moral está estratificado con capas de decisión-poder y capas de obediencia. Así se explica el sufrimiento de muchos cristianos cuando nos desviamos de los dictámenes del Magisterio.

Las declaraciones de la CEE, desde hace mucho tiempo, más que declaraciones para dar ánimos a los creyentes resultan “regañizas constantes” contra el gobierno español o contra leyes aprobadas democráticamente por el Parlamento español o contra todos aquellos que no son fácilmente sumisos ni de derechas. La gente estamos bastante cansados de ser guiados por unas autoridades que dicen gobernar en nombre de Jesucristo.

En Cataluña todavía sufrimos los ataques, descalificaciones y mentiras por parte de la COPE, que desprecian nuestra cultura, nuestra historia y nuestra gente. Nos consta que los obispos de Cataluña hacen alguna cosa para enmendar esta situación totalmente inaceptable, pero resulta del todo insuficiente. Es necesaria una denuncia decidida para evitar que un medio de comunicación avalado por la jerarquía española actúe de forma tan partidista y tan alejada del mensaje evangélico, expandiendo odio y menosprecio.

Para acabar, queremos manifestar que es necesario recuperar la Iglesia como comunidad, como pueblo de Dios, con mecanismos para el diálogo fraternal, con dedicación preferente hacia los más pobres y desvalidos (a menudo desconcertados y ofendidos por el fasto y los signos pomposos de la cúpula eclesial). Una Iglesia donde todos nos podamos sentir corresponsables y con reconocimiento de todos los carismas como aportaciones valiosas para completar el cuerpo místico de Cristo.

Hemos querido hacer uso de nuestra libertad cristiana y de nuestra corresponsabilidad eclesial, con afecto y respeto y muy conscientes de que también nosotros formamos parte de esta Iglesia necesitada de reforma. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

Atentamente: Comunidad Cristiana Joan N. García-Nieto

otro reino

otro reino

EL REY MIDAS
MARI PAZ LÓPEZ SANTOS, pazsantos@wanadoo.es

ECLESALIA, 15/09/08.- Podemos haber olvidado la lista de los reyes godos o de Luises de Francia, que tantos quebraderos de cabeza nos dieron en los exámenes de historia; alguno se nos escapará de la de monarcas españoles desde Pelayo hasta Juan Carlos I; pero no dudo ni un instante al afirmar que hay un rey famoso e inolvidable, al que llamaban Midas, que nos llegó a través de la mitología por ese canal de sabiduría que son los cuentos que nos contaron cuando éramos niños, a través del boca a boca o los libros infantiles.

¡Pobre rey Midas, era tan ambicioso que pidió a los dioses que le concedieran convertir en oro todo lo que tocase y se lo concedieron! No sabía lo que pedía pues, como decía mi abuela, “la ambición rompe el saco”. Iba emocionado y pletórico convirtiendo todo lo que tocada en oro, sintiéndose ufano y feliz por haber recibido tal gracia de los dioses y de pronto sintió hambre y no pudo comer, quiso acariciar a su perro (se puede añadir: hijo, mujer, etc.) que se convirtió inmediatamente en estatua de oro, ya no le recibía con cabriolas y moviendo la cola, las estatuas no se mueven; empezó a agobiarse y para tranquilizarse pidió le sirvieran una copa de buen vino... ¡infeliz... todo lo convertía en oro!

Reyes y guerreros, príncipes y princesas, hadas y brujas, dragones y caballos alados, un sinfín de personajes que viven en el país de la Mitología permanecen para siempre en la bodega interior de cada uno, espacio donde, por intuición natural, se percibe el bien y el mal mucho antes de que desde el exterior nos hablen de leyes y moral.

Siempre creí que los habitantes del país de la Mitología no viajaban al mundo real, o lo que entendemos como tal, es decir, el mundo en que vivimos, pero observo que el rey Midas decidió ampliar su reino mitológico y ha iniciado una campaña de conquista de territorios del mundo real. Por donde pasa y con la gracia que se le concedió, lo va dejando todo devastado. El brillo del oro le ciega y la sensación de poder es insaciable e implacable. Pero este no es el mayor peligro.

Midas no viene vestido de armiño y tocado con corona real, ni siquiera va dejando todo plagado de estatuas doradas; si viniera así le llevarían rápidamente a un espacio de cuentacuentos y los niños aplaudirían al acabar la función. Midas nos visita desde su ser invisible, que es como viajan los que salen del reino de la Mitología, y se introduce en todos los campos: política, economía, psicología, religión... con las dos mismas manías que le llevaron a pedir a los dioses su propia perdición: la ambición y el miedo.

Al parecer, para Midas, todo tiene precio: el amor, la salud, la educación, el tiempo, el descanso, la creatividad, la persona, la naturaleza, los hijos, los viejos, los pobres, el cielo, el mar, el espacio, la religión, la cultura, el arte, la medicina, el deporte... Desde su perspectiva nada es gratis. Ha puesto precio a la vida y a la muerte. Lo que no resulta rentable, aquello que no le proporciona beneficios lo desprecia, reduciéndolo al olvido y a la desaparición. El rey Midas ambiciona todo y no comparte nada, compra y vende al mejor postor.

En su delirio especula con los bienes de la tierra, acapara fuentes de energía, provoca guerras y movimientos migratorios, contrata mano de obra esclavista, destruye culturas milenarias y controla medios de comunicación en una espiral que no tiene fin y que va dejando restos de naufragios y damnificados por todos lados.

Mientras Midas va por ahí como “elefante en cacharrería” intentando saciar su desmedida ambición, hay un reino que se extiende silenciosamente, desde lo escondido, lo sencillo, implicando a muchos que han descubierto el tesoro escondido del Reino de los Cielos (Mt 13, 44) y no se dejan seducir por el brillo del oro y la opulencia. En este Reino no hay crisis ni recesión porque la moneda de cambio es el Amor que se entrega, no se escatima y por lo tanto no devalúa. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

asqueado

asqueado

PATERAS Y TRAGEDIA
Motril Acoge en medio de la muerte
JUANTXU OSCOZ
SALOBREÑA (GRANADA).

ECLESALIA, 15/07/08.- Vergüenza de ser persona, cristiana y hasta humana. De verdad que muchas veces -estos días son unos de ellos- que uno siente verdadero asco en lo más profundo de sus entrañas por ser persona, cristiano viviendo así y hasta casi de ser humano. No quiero hablar del G - (y de sus comidas, cenas y menús ¡que son los de todos los días!) Tampoco quiero hablar de Bush, Berlusconi que son una verdadera raza de víboras. Tampoco de Mugabbe ni de Obiang que son unos dictadores y asesinos. Pero como ellos hay otros muchos jefes de estado y políticos que son muy parecidos. Tampoco quiero hablar de la foto de Cañizares sentado en su trono, revestido como hacía mucho tiempo que yo no veía a un prelado con tanta pompa y boato. Roja tenía la cara de tanto peso como tenía que aguantar de guantes, manguitos, ropajes, tiara y vestimentas. ¡Roja la tendría que tener por otros motivos que no el anuncio de su marcha al Vaticano a presidir la Liturgia!

¿Qué liturgia tuvimos, tuvieron todos los muertos estos días en la recepción que unas doscientas personas de Motril Acoge? -junto con algunos miembros de la Cruz Roja y la Guardia Civil de Salvamento que estaban verdaderamente destrozados y afectados, hasta necesitar, parece ser, ayuda médica y psíquica-. Personas a las que nos juntamos algunos más sosteniendo unas velas en señal de luz y de vida para todos.

No vino ningún ministro de Nigeria, país de origen de toda esa pobre gente. No vino la Ministra de Medio Rural y Marino -Elena espinosa- No vino la Ministra de Igualdad -Bibiana Aido-. Tampoco vimos a ningún obispo, párroco o cura por los alrededores ¡tendrían otras cosas que hacer o dieron un rodeo! El ayuntamiento de Motril dedicó un día de luto por tantas muertes inocentes.

Esto es lo que hubo y lo que hay y nuestro políticos hablando de pedir y necesitar el voto inmigrante. No nos engañen más. ¡No nos engañemos! No hablemos, por favor de igualdad, ni de solidaridad, ni de Alianza de Civilizaciones y demás zarandajas. No nos equivoquemos diciendo que hay que ayudar al desarrollo de esos países -que están llenos de gente corrupta y asesina-. Hablemos de que ahora nos sobran ¡más que nunca! porque la tarta de la riqueza ha disminuido "salvo para los de siempre" y no quedan sobras, ni tajos, ni obras mal pagadas y que nadie quiere.

Otra vez este verano vemos en la línea azul del horizonte marino pesqueros, veleros, yates y pateras. Todas son embarcaciones, pero las pateras no son igual ni sus tripulantes tampoco. No seamos falsos ni hipócritas. Se nos llena la boca diciendo que no hay razas, que “todos pertenecemos a la misma raza humana" que es políticamente incorrecto llamar negros a los subsaharianos, que no está bien hablar de ilegales... pero con esas afirmaciones huecas solamente buscamos y queremos tranquilizar nuestra conciencia. Jesús de Nazaret nos dijo: "dadles vosotros de comer", "para el camino llevad sólo lo justo, como mucho un cordón para atar el vestido, unas sandalias y un bastón donde apoyaros y poder caminar".

Por eso yo hoy me siento asqueado y no estoy tranquilo. Me duele el alma de tanta tragedia y me seguirá doliendo -visto lo visto y vivido lo vivido- por mucho tiempo. Me asquean tanto cinismo y tanta hipocresía. Por ser así de tibios el Señor nos vomitará por su boca y de su lado. ¡Gracias -mil gracias desde el fondo del alma- a los que acogen aún así a estas buenas gentes! Nos dan clases de humanidad, de ética y de verdad. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

duele

duele

ESTO DUELE…
CARMEN ILABACA HORMAZÁBAL
SANTIAGO (CHILE).

ECLESALIA, 14/07/08.- No entiendo nada… mejor dicho, me cuesta entender cómo una vez más las mujeres estamos siendo dejadas a la orilla del camino en pleno siglo XXI por la Institución de la iglesia católica.

Leí con estupor la noticia publicada por el Vaticano a raíz de la denominación de mujeres como obispos en la iglesia anglicana, donde decía: “Una decisión así, significa un desgarro en la tradición apostólica mantenida por todas las Iglesias del primer milenio y, por lo tanto, un obstáculo ulterior a la reconciliación entre la Iglesia Católica y la Iglesia de Inglaterra".

La palabra Iglesia (ecclesia) se utilizó en su primer sentido para expresar la entera congregación de la Cristiandad Católica unida en una Fe, obedeciendo a una jerarquía en comunión consigo misma. Este es el sentido de Mateo, 16,18; 18,17; Efesios 5,25-27 y otros.

Pero, por otra parte, siempre en toda la formación pastoral que he tenido en mi vida se me ha recalcado con palabras simples: “que la iglesia es la comunidad de los creyentes”. Estoy segura si se hiciese una consulta a la iglesia católica, es decir a la comunidad de los creyentes católicos sobre la participación de la mujer en puestos de responsabilidad (coordinadoras de la pastoral, ministras de comunión, equipos de liturgia, equipos de solidaridad, catequistas sacramentales, etc. en la iglesia, respondería que la participación de la mujer es mayoritaria y es de mucho valor, pues en algunos lugares alejados de las grandes urbes es la gran participación.

Entonces, ¿por qué la Institución es decir la Empresa católica de acuerdo a sus dictámenes nos está dejando cada día más afuera haciéndonos ver como si nosotras fuéramos culpables de ser mujer? Mi corazón siente el amor al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo y también mi corazón reconoce a María, como la madre de nuestra iglesia y esto lo he tratado de proclamar a los cuatro vientos en el servicio de amor a Dios a través de mis hermanos, pero soy mujer… es una lástima que no pueda ser reconocida como una servidora de la iglesia. Qué lástima… no soy hombre. Esto duele.

En los tiempos de Jesús la mujer no era parte integrante de la sociedad. Ella tan sólo era la que le daba los hijos al marido. Por eso, la única garantía de la mujer ante la sociedad era su marido.

¿Hoy es así? ¿Cuál es la participación de la mujer en el ámbito familiar, profesional y social? Hay mujeres en todos los puestos de trabajo, hasta presidentas de la república como es en el caso de Chile y Argentina; en la vida familiar hay muchísimas mujeres que son jefas de hogar; en el área social grandes mujeres impulsoras de grandes obras de ayuda a la comunidad e incluso algunas llegan a ser santas…

Una vez esto lo compartí con un sacerdote y él me contestó lacónicamente: Cámbiate de iglesia, el rol de la mujer en la iglesia católica es otro. Tú no tienes el perfil de católica. Yo me pregunto: ¿Qué diría de esto santa Teresa de Calcuta, santa Teresa de Jesús, santa Catalina de Siena, por nombrar a algunas?

Me botan, esta vez con un lenguaje duro –como un desgarro- en la orilla del camino… esperando que pase un samaritano verdadero… Jesús ¿dónde estás? no te veo entre tanta orden y reglamento. Por otro lado, tengo muy claro no será de la Institución de la Iglesia Católica quien me recoja, me aliente y me dé ánimos. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

“Soy, mujer, Señor,
y con mis sentimientos,
mi fragilidad y
mi fortaleza de útero materno
puedo decirte de corazón
que te amo infinitamente.
Tú que nos vistes pasar
y nos esperaste sentado en un pozo.
Tú que nos defendiste de un apedreamiento.
Tú que sentiste cuando te tocamos el manto.
Tú, hijo de mujer,
madre nuestra,
derrama tu Espíritu Santo,
muéstranos -ahora- a la sociedad eclesia.
Podemos servir mucho en el reino,
Tú sabes que así es, pero no escondidas, en las sombras,
o aún más tapadas detrás de un hombre.
Es difícil que se nos muestre,
pero seguiremos… aunque hoy nos apedreen con reglamentos.
En tu nombre hacia el Padre Dios, amén.


rechazo

rechazo

RETORNO DE INMIGRANTES
21rs, la revista cristiana de hoy, critica la directiva europea en su número de julio
Mª ÁNGELES LÓPEZ ROMERO, redactora jefe de 21rs
MADRID.

ECLESALIA, 10/07/08.- La revista 21rs dedica sus páginas centrales a analizar las consecuencias que la llamada "directiva de la vergüenza" tendrá para los inmigrantes. La edición de julio recoge también entrevistas a Concha Pinós, directora de Birmania por la Paz, que narra en primera persona la tragedia en Myanmar, y al director de la FAO en España, Germán Rojas, quien analiza la crisis alimentaria.

El editorial de la revista 21rs es determinante al rechazar la directiva de retorno de inmigrantes que ha aprobado recientemente el Parlamento Europeo por considerar que "convierte a las personas procedentes de otros países que no cuenten con documentación en regla, en ciudadanos de segunda, con menos derechos que los que hemos tenido la suerte de nacer en la cubierta del transatlántico de la Unión Europea".

Para la revista cristiana de hoy, lo más grave de esta iniciativa legislativa es que "ha decidido tratarlos a todos, incluidos los niños, como delincuentes. Se les podrá detener con una simple orden administrativa, y no judicial. Podrán ser recluidos hasta 18 meses en campos de internamiento. O expulsar a menores sin tener garantías de que volverán con sus familias. Una vez fuera, no podrán regresar en cinco años". Además, se pregunta "¿Cómo explicar con la moral en la mano, en la cuna de la cultura cristiana, que un hombre no es igual a otro hombre? ¿Que una frontera o un papel distinguen a uno de otros y le otorgan o retiran derechos elementales?".

En el texto se insiste, aunque con frecuencia lo olvidemos, en que "el inmigrante es una persona con nombre y apellidos, con historia, a veces trágica, con familia y amigos. Con aspiraciones y vocación. Que viene a buscarse la vida como lo haríamos cualquiera en su situación".

Finalmente, el editorial de 21rs destaca la protesta que han hecho las organizaciones sociales ante la "directiva de la vergüenza" pidiendo a la ciudadanía que no permanezca impasible ante este atropello de los derechos humanos y recordando que "ésos a los que estamos condenando a ser ciudadanos de segunda están hechos de nuestra misma materia y sueños".

El número de julio de la revista 21rs incluye además una entrevista con Concha Pinós, directora de Birmania por la Paz, que narra en primera persona la tragedia en Myanmar tras el paso del ciclón Nargis, que dejó cientos de miles de desaparecidos y dos millones y medio de damnificados. "Haremos lo posible por llevar a la dictadura birmana ante un tribunal internacional", declara la directora de la ONG, quien asegura haber visto "solo muerte por todas partes".

Otra entrevista al director de la FAO en España, Germán Rojas, permite conocer un poco mejor las causas y consecuencias de la crisis alimentaria. Según Rojas, "cada vez hay menos gente que se dedica a producir alimentos". Además, añade que "el presupuesto anual de la FAO equivale a lo que se gasta en 18 horas de guerra en Irak". (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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