acontecer
SOMOS UNA ESPERANZA
Reflexiones tras la I Asamblea de Redes Cristianas
JOSÉ MARÍA GARCÍA-MAURIÑO
MADRID.
ECLESALIA, 30/11/2007.- Después de la celebración de la I Asamblea de Redes Cristianas el 10 y 11 de Noviembre de 2007, a la que asistieron más de 500 personas de todo el Estado español, pertenecientes a distintas comunidades y grupos, podemos hacer algunas reflexiones. La primera, que no importa tanto lo que somos, como lo que hacemos. La pregunta por lo que somos, proviene de la filosofía griega de Aristóteles. La pregunta por lo que hacemos proviene de la teología del Nuevo Testamento. Lo que importa no es el Ser filosófico, el conocimiento, la doctrina, sino el Acontecer, la vida, la experiencia, el compromiso. Jesús no vino a impartir una doctrina, sino a mostrarnos con su vivir un proyecto de vida para construir un mundo justo y fraterno. Redes responde a la segunda pregunta con su acontecer, con su vida, con su trayectoria incipiente, con su coordinación. Esta primera Asamblea es un serio acontecer de Redes Cristianas. No nos ha convocado nadie, ninguna instancia superior nos ha propuesto el orden del día, ni los contenidos, ni siquiera el lugar del encuentro. Nos hemos autoconvocado nosotros, nos hemos trazado el contenido de los talleres, el orden del día, incluso el sitio donde celebrarlo. Es un acontecer horizontal, participativo, democrático, no jerarquizado. Es más importante la ortopraxis que la ortodoxia.
La segunda reflexión, los objetivos que nos proponemos indican un caminar nuevo, distinto al tradicional. Supone fijarse unas metas que tienen como orientación ser otra voz crítica y alternativa. La primera voz que se oye en el ámbito cristiano es la de la jerarquía católica. Respetamos los pronunciamientos de los obispos, pero tenemos otra forma distinta de ver las cosas. Nuestra voz es crítica, no insultamos ni descalificamos a nadie. Crítica, porque tratamos de ver las causas que producen estas terribles diferencias entre el Norte rico y el Sur pobre, los problemas del mundo, la falta de fraternidad y de igualdad, en esta misma iglesia actual. Estimamos que tan hermano, tan igual es el obispo como el monaguillo. La mujer como el hombre. Todos somos hijos de un mismo Padre del cielo. Nadie es superior a nadie, nadie es inferior a nadie en la comunidad cristiana. Nadie impone a otro su manera de pensar o de sentir. Trabajamos en un proceso temporal, participativo y horizontal. Todos y todas somos importantes.
Y es alternativa, porque vamos rompiendo moldes antiguos que ya no sirven para encajar el presente o el futuro y vamos creando otros nuevos. Vamos realizando un cambio de paradigma. Nuestras preocupaciones giran en torno al eje del Reino de Dios. Y sabemos que la Jerarquía no es la Iglesia, la Iglesia no es el Vaticano, y desde luego, el Vaticano no es el Reino de Dios. Los obispos y la organización jerárquica de la Iglesia, son una anécdota sin trascendencia, al lado de los grandes problemas que aquejan a la humanidad, como son sobre todo los pobres, el hambre, las guerras, las enfermedades, la pobreza y miseria de miles de millones de seres humanos, la falta de respeto a la Tierra, el militarismo, el terrorismo internacional, la violación constante de los derechos humanos, etc. Ante este panorama, la mayoría de los colectivos de RC nos embarcamos en una lucha constante contra la perversidad de este sistema capitalista que domina y aplasta a la humanidad.
La tercera reflexión, es que este proyecto de Redes es ilusionante para multitud de personas que ven una posibilidad de vivir su cristianismo de forma distinta. Formamos una red, un espacio abierto, en un ámbito sin fronteras, que se puede extender a escala planetaria, internacional. Vivimos a la intemperie, indefensos, es decir, no protegidos por estructuras jurídicas, eclesiales, o políticas. No estamos amparados por las altas esferas eclesiásticas. No somos una asociación canónicamente reconocida. No somos bien vistos por los obispos. Actuamos desde la opción por los pobres, que no se queda en bonitas declaraciones, en buenas intenciones o letra muerta. Es un compromiso serio con los excluidos, los inmigrantes, los trabajadores. Decimos lo que pensamos y creemos, porque sabemos que en la Iglesia existe un pluralismo y no un pensamiento único. No tenemos miedo a las represalias que nos puedan venir desde lo alto. No vamos en contra de nadie, pero creemos que existe otra manera de vivir nuestra fe, distinta de la que nos proponen los jerarcas de esta Iglesia, más independiente, más libre, más adulta. Nuestra fe no se apoya sólo en verdades dogmáticas, es ante todo un estilo de vida. Nos esforzamos en seguir a una persona, a Jesús de Nazaret, no a unas doctrinas. No admitimos los dogmatismos. Apostamos por otro mundo posible. Los problemas los miramos desde la opción por los pobres y desde esta plataforma tratamos de contribuir a la transformación radical de la realidad eclesial y social. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
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