poesía de Dios
LA POESÍA DE DIOS
JOAQUÍN AUTRÁN, jautran@ole.com
TRES CANTOS (MADRID).
ECLESALIA, 04/07/05.- "Pues yo voy a realizar una cosa nueva que ya está en marcha, ¿no la notan? Trazaré una ruta en las soledades y pondré praderas en el desierto" (Isaías 43,19).
Esta cita de Isaías en una de las noticias de Eclesalia, me recordó algo que siempre he pensado. Juan nos dice al principio de su evangelio que la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, pero se le pasó decirnos, porque para él era obvio, que la Palabra de Dios es poesía. Jesús fue y es el verso de Dios dedicado a quienes le necesitaban, los pobres, oprimidos y angustiados. Con Jesús, Dios cantó a los que nadie cantaba, "les dío una canción". Dios ya les había prometido que los iba a llevar al desierto, hablarles al corazón y a seducirlos (Oseas).
Lo sencillos, los jóvenes, los humildes, los que escuchan con el corazón, son los mejores críticos literarios que tenemos en la Iglesia. Detectan rápidamente si el mensaje que se les da es un tostón en prosa con intención política, son versos que riman con ortodoxia y castigo, o por el contrario es un mensaje que les calienta el corazón, habla de sus anhelos y rima con misericordia, amor y justicia, etc.
No se me ofendan jerarcas, pero casi siempre que cae en mis manos un documento "oficial" huele a naftalina, a caduco, a frío. Quizá teológicamente sea impecable y políticamente correcto pero, ¿no les parece que algo falla?
Si queremos una Iglesia en el mundo, comprometida, con jóvenes y viva, la música de fondo debe ser el Evangelio, que a priori parece muy buen libreto.
¡Ah! por cierto, poesía es femenina...
JOAQUÍN AUTRÁN, jautran@ole.com
TRES CANTOS (MADRID).
ECLESALIA, 04/07/05.- "Pues yo voy a realizar una cosa nueva que ya está en marcha, ¿no la notan? Trazaré una ruta en las soledades y pondré praderas en el desierto" (Isaías 43,19).
Esta cita de Isaías en una de las noticias de Eclesalia, me recordó algo que siempre he pensado. Juan nos dice al principio de su evangelio que la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, pero se le pasó decirnos, porque para él era obvio, que la Palabra de Dios es poesía. Jesús fue y es el verso de Dios dedicado a quienes le necesitaban, los pobres, oprimidos y angustiados. Con Jesús, Dios cantó a los que nadie cantaba, "les dío una canción". Dios ya les había prometido que los iba a llevar al desierto, hablarles al corazón y a seducirlos (Oseas).
Lo sencillos, los jóvenes, los humildes, los que escuchan con el corazón, son los mejores críticos literarios que tenemos en la Iglesia. Detectan rápidamente si el mensaje que se les da es un tostón en prosa con intención política, son versos que riman con ortodoxia y castigo, o por el contrario es un mensaje que les calienta el corazón, habla de sus anhelos y rima con misericordia, amor y justicia, etc.
No se me ofendan jerarcas, pero casi siempre que cae en mis manos un documento "oficial" huele a naftalina, a caduco, a frío. Quizá teológicamente sea impecable y políticamente correcto pero, ¿no les parece que algo falla?
Si queremos una Iglesia en el mundo, comprometida, con jóvenes y viva, la música de fondo debe ser el Evangelio, que a priori parece muy buen libreto.
¡Ah! por cierto, poesía es femenina...
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