Blogia
ecleSALia del 11/04/07 al 31/07/10

Actualidad

lázaro

lázaro

LÁZARO LLEGA EN CAYUCO AL PUERTO DE LOS CRISTIANOS
BRAULIO HERNÁNDEZ MARTÍNEZ
TRES CANTOS (MADRID).

ECLESALIA, 06/03/08.-“Os repartiréis la tierra como heredad para vosotros y para los forasteros que residan junto a vosotros y que hayan engendrado hijos junto a vosotros. Porque los consideraréis como al israelita nativo” (Ez 47,22).

“Aquí no caben todos”. “Hay que dar el mensaje de que expulsaremos a todos los inmigrantes irregulares que podamos”. “Aunque no son la mayoría, muchos inmigrantes vienen a delinquir”. “Hay que poner orden” (eufemismo de mano dura). “Muchos derechos de los españoles se ven perjudicados”... etc. Este rosario de advertencias alarmando de que los inmigrantes nos están invadiendo, forman parte del “combustible electoral”. No las ha dicho un cualquiera; las ha dicho el líder de un Partido que defiende a ultranza “las raíces cristianas de Europa”; que puso toda la carne en el asador para que esta referencia cristina figurara como faro, o columna, en la Constitución Europea. En campaña electoral todos hacen cálculos. Los inmigrantes no tienen derecho al voto. Pero, ¡ay! si los inmigrantes votaran. Otro gallo cantaría. Sonaría otra canción.

España, tradicionalmente, ha sido un país de emigrantes. Y de misioneros. Muchos hombres y mujeres han dedicado, y dedican, sus vidas a los más desfavorecidos, especialmente en África y Latinoamérica. Ahora España se ha convertido en un país de acogida; y “en la octava potencia económica mundial” gracias a la inmigración. Pero hay quienes lo tienen más difícil, casi imposible, para conseguir papeles y trabajo, el nuevo maná bíblico . Son los jóvenes africanos, la flor y nata de sus países, que, con su marcha, se desangran. Huyen de la miseria buscando porvenir. Pero un número incontable de ellos -tras lograr sobrevivir meses enteros cruzando penosos desiertos- terminan su éxodo de modo trágico, engullidos por las aguas del Océano. Hay una playa tinerfeña, curiosamente llamada de Los Cristianos, donde arriban cientos de Lázaros. Llegan exhaustos, con lo puesto; algunos llegan muertos por agotamiento. Es la inmigración Sur-Norte, la más visible. Porque hay otra inmigración, la Sur-Sur, tan numerosa como la primera, de la que no se habla.

La inmigración es un fenómeno tan antiguo como la historia de la humanidad. La situación de fragilidad del extranjero es muy tenida en cuenta en la Biblia. En una catequesis reciente sobre la inmigración, "Fuisteis extranjeros", (www.comayala.es), el cura Jesús López Sáez (fundador y responsable de la madrileña Comunidad de Ayala) nos recuerda que “La Biblia nos obliga a tener memoria” en las situaciones de desarraigo y de éxodo. “El gran problema no es la inmigración. Es el abismo global entre ricos y pobres. Es el pobre que muere en el portal de la rica Europa, deseando comer las migajas que caen de la mesa”. Además, olvidamos que los más excluidos de entre los excluidos ni siquiera tienen la opción de intentar emigrar.

La inmigración es un fenómeno muy complejo sobre el que abundan los tópicos, los prejuicios y los estereotipos. A punto de publicarse la Primera Encuesta Nacional de Inmigrantes, del INE, se ha adelantado que la mayoría de inmigrantes entran en España según las normas de extranjería, mientras que los que entran en pateras y cayucos es un “aspecto totalmente ínfimo”. España ocupa el segundo puesto entre los países de la OCDE en el que más inmigrantes ocupan puestos de trabajo por debajo de su cualificación profesional, con un nivel educativo a menudo superior al de la sociedad que los acoge (informe de 2007). Los motivos de los que vienen no son sólo económicos, ni la mayoría de los inmigrantes proceden de los países pobres; la mitad son europeos, de países desarrollados, entre ellos muchos jubilados que eligen España como un retiro dorado; otros son estudiantes, o personas que vienen a emprender un negocio.

De los 6.500 millones de seres humanos, apenas 200 son inmigrantes. Hay un rosario tópicos negativos. Hay que hablar con los datos, no con los prejuicios. Los beneficios de los emigrantes no se ven, son más macroeconómicos. Con sus aportaciones a la Seguridad Social, se abonan casi un millón de pensiones de los nativos. En cambio, los problemas que genera la inmigración -aumento de la escolarización, de la atención sanitaria, etc. (por falta de una mayor dotación) enseguida salen a relucir. Hay un catastrofismo irresponsable empeñado en relacionar inmigración y delincuencia, a pesar de que los datos lo desmienten: "En 2002, con la mitad de inmigrantes, la tasa de criminalidad era 1,5 puntos superior a la de 2006”. La ONU ha reconocido que "la inmigración neta a Europa tendría que cuadriplicarse para mantener constante el porcentaje de población en edad laboral". La catequesis aludida plantea, entre otros, este test: ¿Estaba España mejor antes, cuando era un país de emigrantes? ¿Está mejor ahora, convertida en país de acogida?

¿Qué pasaría si todos los inmigrantes regresaran a sus tierras, o se declararan en huelga? Una pregunta que, en voz baja, nos habremos hecho más de una vez. Sería un caos. Sectores enteros se paralizarían. Se calcula que en el sector servicios trabajan 1.700.000 inmigrantes; en la construcción 650.000. Otros cientos de miles trabajan en la industria, en la agricultura, en los hogares. Muchos inmigrantes trabajarán en condiciones indignas de trabajo. Hace falta una buena inspección. La economía sumergida, de supervivencia, también daña al resto de los trabajadores. Gracias a la inmigración, la tasa de natalidad ha aumentado en España; los hijos de los inmigrantes serán quienes renueven las capas laborales a medida que la población envejezca. Hay regiones –como Castilla, por ejemplo- que ve en los inmigrantes una solución de regeneración poblacional. En una palabra, “La emigración ¿es un problema o una oportunidad?”: es el trasfondo de la catequesis “Fuisteis extranjeros”.

“Los inmigrantes nos invaden”, “colapsan las urgencias” ("Para una mamografía en Ecuador se paga el sueldo de nueve meses; vienen aquí y tardan un cuarto de hora" dijo, irresponsablemente, un dirigente político del PP. A base de repetirlo, se cultiva la xenofobia. Casualmente, varios días después de que la inmigración fuera puesta como tema de bandera en la campaña electoral por el principal partido de la oposición, el PP, en todas las Iglesias se leía el pasaje del Juicio Final: “porque estuve hambriento y me disteis de comer… era forastero y me hospedasteis…” (Mt 25, 31-46). Para pasar este examen final no cuenta (no da puntos), ser de raza blanca, ni practicar la religión católica o tener las mismas costumbres, sino practicar la compasión, poniéndose, como Jesús, en el lugar del otro, del perdedor; en el lugar de Lázaro recogiendo las migajas. Suele suceder: se puede defender a los débiles y no ir los domingos a misa. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

felicitaciones

felicitaciones

FELICITACIONES POR NUESTRA ‘VIDA NUEVA’
REDACCIÓN DE ECLESALIA
MADRID.

ECLESALIA, 18/02/08.- Vida Nueva con medio siglo de vida. Desde nuestra ecleSALia queremos felicitarles por tanto camino andado. Reproducimos hoy el editorial de su último número (2.601 del 16/02/08), en el que se sienten agradecidos: “Gracias por vuestra fidelidad y confianza”.

Lo están celebrando. Desde el pasado 14 de febrero cuentan con un interesante sitio en internet (www.vidanueva.es) en el que abren sus páginas para seguir siendo “Una palabra comprometida en la Iglesia”. Un buen lugar para buscar información y reflexión sobre la vida de la Iglesia.

“Cumplimos 50 años. Número redondo, efemérides de oro. Medio siglo contando el acontecer del mundo y de la Iglesia, ofreciendo claves y comentarios, ayudando a una lectura creyente de la realidad. Medio siglo es mucho pero, ante todo, es un aval para quienes hoy componemos la familia de esta revista. Ha pasado el Concilio Vaticano II y su aire primaveral en la Iglesia. Ha pasado en España una etapa de transición política y de consolidación democrática que han marcado la historia de nuestro país. El mundo entero y la Iglesia no son los mismos hoy que hace cincuenta años. Ha pasado una importante etapa en la que Vida Nueva ha sido una referencia importante para conocer el pulso de la Iglesia y del mundo desde las claves del Evangelio y de la Iglesia. Desde sus inicios quiso ser una voz dentro de ella y hoy desea renovar su identidad. Busca ser una palabra evangélica, eclesial y siempre propositiva. Este es nuestro estilo y este debe de ser nuestro camino en la Iglesia y en el mundo.

El Evangelio es el marco de referencia de quienes desde una u otra responsabilidad hacemos cada semana Vida Nueva. Desde la empresa editora hasta el último de los lectores en cualquier rincón a donde llegamos. No pretendemos otra cosa que servir a la construcción del Reino desde el servicio de la información seria, veraz, abierta, plural y siempre untada por los valores del Evangelio. No queremos otro estilo que no sea el de la búsqueda de la verdad de Dios y de la verdad del hombre, según su estilo, su forma, su manera. Es nuestro deseo y nuestro propósito.

En segundo lugar es en la Iglesia en donde Vida Nueva desea caminar, con el Concilio Vaticano II como la mejor de las banderas. No es una revista para eclesiásticos sino una revista eclesial que vive la comunión desde la pluralidad y no desde la uniformidad. Este proyecto informativo, al igual que la propia Iglesia, tiene en cuenta, siguiendo la Gaudium et Spes que “Los Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”. Vida Nueva recoge esta sintonía y a ella desea servir.

Y en tercer lugar busca ser una palabra, además de evangélica y eclesial, comprometida. No queremos ver las cosas blancas o negras. Buscamos proponer siempre. Buscamos ser una voz nueva, fresca y que supere la diatriba y el enfrentamiento. Hoy más que nunca creemos que tenemos algo que decir y lo vamos a decir con profesionalidad, libertad y respeto.

Gracias a los lectores de antes y de ahora; a la empresa editora; al consejo editorial, al consejo de redacción, a quienes semana tras semana van haciendo la revista como colaboradores y corresponsales; a los anunciantes, a todos los que de una u otra forma están unidos a este proyecto ilusionante. “Vida Nueva. Una palabra comprometida en la Iglesia” acompaña desde este 50 aniversario la cabecera de la revista. Gracias por vuestra confianza”.

Felicitaciones y próspero año nuevo.

Paz y bien.

con mi vida

con mi vida

‘UNA PALABRA DE ALIENTO’
Comunicado de José Antonio Pagola sobre los escritos contra su libro “Jesús. Aproximación histórica”
JOSÉ ANTONIO PAGOLA
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).

ECLESALIA, 07/01/08.- En los primeros días de este nuevo año de 2008, han aparecido publicados en la página web de la diócesis de Tarazona diversos escritos contra mi libro «Jesús. Aproximación histórica» y contra mi persona. Son cinco firmas diferentes, pero repiten al unísono la misma condena utilizando incluso las mismas frases y expresiones. Como es natural, son muchos los que me preguntan cómo estoy, cómo lo estoy viviendo y qué esta sucediendo. A todos los que, en estos momentos, se interesan por mí y sufren conmigo les quiero decir una palabra de aliento.

1. Lo primero que quiero expresaros es que, en el fondo, todo esto me está haciendo bien. Me purifica, me obliga a agarrarme a Jesús y me está llevando a identificarme un poco más con él. Si acierto a vivirlo desde Jesús, esto puede ser una gracia grande para mí, la gran oportunidad de entregarme totalmente a él y seguirle fielmente hasta donde sea necesario.

2. Estoy tratando de vivir todo este proceso desde dentro. Pocas veces había orado con tanta verdad ciertos salmos. Pocas veces había celebrado la eucaristía tan identificado con ese Jesús «entregado» por los demás. Estoy repitiendo mucho el salmo 86: en estos momentos me parece escrito especialmente para mí. Durante el día, repito esas invocaciones breves que aparecen en los evangelios y que me ayudan a vivir unido a Jesús. «Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te quiero». «Te seguiré adonde vayas». «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». «Padre, si es posible, pase de mí este cáliz. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú»… En fin, hago lo que puedo. En Jesús encuentro fuerza y paz. ¿Qué importa que me consideren hereje y arriano? Sólo Dios, ese Dios encarnado en Jesús, conoce lo que hay en mi corazón.

3. Algo que estoy trabajando mucho dentro de mí estos días son los sentimientos hacia quienes me condenan. Estoy escuchando desde dentro las palabras de Jesús a sus seguidores: «No juzguéis a nadie… No condenéis a nadie. Perdonad». Conozco bien los sentimientos de Jesús. Por eso rezo por los que me rechazan. Lo hago con nombres y apellidos. Pienso de verdad que, en el fondo, no saben lo que están haciendo. No quiero dejar entrar en mi corazón reacciones, sospechas, prejuicios o sentimientos que nunca saldrían del corazón de Jesús. Le pido a él que me ayude a poner un poco de luz, de cordura humana y de sensatez evangélica en este tipo de conflictos que, en buena parte, brotan a causa de la profunda crisis que estamos sufriendo todos, sin saber exactamente cómo caminar hacia un futuro más fiel al Evangelio.

4. Quiero vivir todo esto desde una actitud de conversión a Dios. Con ser muy importante, creo que nuestro problema principal no es la precisión teológica en la formulación de la doctrina de la Iglesia. Lo primero es despertar y potenciar nuestra conversión a Dios, siguiendo de cerca los pasos, las actitudes y el espíritu de ese querido Jesús en el que se ha encarnado y revelado. Creo que, alimentando entre nosotros la mutua descalificación y condena, no estamos caminando hacia la conversión que necesitamos en la Iglesia.

5. Naturalmente, estoy sufriendo. Es normal. Sufro, sobre todo, al ver sufrir a las hermanas con las que vivo, a mis seres queridos, a mis amigas y amigos. A veces, no sé que decirles, ni cómo explicarles lo que está sucediendo. A algunos los veo desconcertados y apenados. Se me parte el alma. Pienso también en lo que pueden sufrir pronto el obispo de Tarazona y quienes me condenan, al menos si leen y escuchan lo que se está diciendo contra ellos. ¿Es necesario este tipo de sufrimiento? ¿Es el sufrimiento exigido por nuestra conversión a Jesús? No lo sé. Yo lo quiero vivir tratando de humanizarlo y orientarlo hacia la búsqueda de una Iglesia más fiel al evangelio.

6. Sufro al vivir en estos momentos una experiencia extraña que nunca antes había conocido. Siento que algunos sectores de la Iglesia quieren acallar mi voz y apagarla. Según ellos, hace daño a la Iglesia. Quiero escucharlos sinceramente para ver si me ayudan a ajustar mejor mi mensaje al espíritu del evangelio de Jesús. Por ahora, todo esto no me desalienta sino que me estimula. Jesús me está llevando a amar cada vez más a la Iglesia. Por eso, no me contento con una Iglesia cualquiera. La quiero ver cada día más fiel a Jesús, más llena de su Espíritu. Por eso, seguiré empeñado en esta tarea, escuchando a quienes me ayuden a vivir de manera más evangélica y aportando, por mi parte, mi pequeño «grano de mostaza». Por fin, Jesús me está dando fuerzas para amar más a la Iglesia que a mi propia tranquilidad, mi imagen o mi prestigio personal.

7. Mientras tanto, estos días voy preparando mi espíritu para responder a tanto ataque y condena. Quiero encontrar el tono evangélico adecuado y palabras buenas, claras, constructivas y esperanzadoras. Lo importante para mí no es defender mi libro. Es fruto muy querido de muchos años de reflexión y meditación, pero no deja de ser una aportación modesta dentro de la ingente tarea de conversión que le espera a la Iglesia en los próximos años, si quiere sobrevivir entre nosotros. Lo que busco es que no seamos los teólogos ni los obispos los que cerremos a la gente sencilla las puertas para encontrarse con Jesucristo, el único que puede salvar a nuestra Iglesia. Me esforzaré por mostrar mi verdad humana, cristiana y teológica con mi vida, más que con mis escritos. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

José Antonio Pagola
Fiesta de la Epifanía del Señor

familias

familias

MOVILIZACIONES EN DEFENSA DE LA FAMILIA CRISTIANA
ANTONIO GARRIDO Y MAITE DORRONSORO, Laicos de la Sagrada Familia de Burdeos
MADRID.

ECLESALIA, 28/12/07.- Observamos con cierto estupor como a lo largo de estos días se nos ha venido convocando, a través de las parroquias, obispados y diversos medios de comunicación, para concentrarnos y manifestarnos “en favor de la familia cristiana”. Ya se había hecho con anterioridad, y esta reiteración aún nos preocupa más, si cabe, pues no teníamos conciencia de que estuviésemos en peligro. Es más, no sabemos muy bien de qué o de quién debemos defendernos y, con cierto desconcierto, nos hemos planteado: ¿quién nos ataca?

Somos un matrimonio próximo a cumplir 30 años de vida en común, creyentes cristianos y miembros activos de nuestra Iglesia desde muy jóvenes; de hecho nos conocimos en grupos parroquiales en los que ambos nos formábamos en la fe e intentábamos desarrollarla. Nada ni nadie, si exceptuamos nuestras propias limitaciones, impidió, ni tan siquiera entorpeció, para que desarrolláramos nuestra vida, personal y de pareja en ninguna de sus facetas; nuestra militancia cristiana fue perfectamente aceptada y compatible con otros grupos sociales y políticos con los que compartimos anhelos de cambio social en nuestra España de los años 70 y en la transición, aportando a todo ello nuestra visión social cristiana tal y como el Concilio Vaticano II nos había impulsado. Hemos educado a nuestros hijos de la mejor manera que nosotros considerábamos, sin que nadie nos impusiese nada y acudiendo a colegios de ideario religioso cristiano que, además, estaban subvencionados por el gobierno de turno. Ellos han podido elegir libremente sus referencias vitales y lo han hecho en la fe cristiana, continuando, como nosotros, una militancia activa en la Iglesia.

En definitiva, hemos sido libres para declarar y vivir nuestra creencia cristiana y para actuar en la sociedad según la misma; por lo tanto, insistimos ¿dónde está el problema?

A nosotros nadie nos los ha creado. No lo crean nuestros vecinos, Adolfo y Sergio, que son homosexuales e intentan construir una pareja con todas sus dificultades y con toda su ilusión, pues tienen derecho a ello; no son enfermos que, como si fuesen los leprosos de antaño, deban ser excluidos. Compartimos con ellos el amor y la fidelidad que desean vivir y los proyectos comunes por una sociedad más justa y tolerante, que a nosotros nos mueven desde el evangelio; el cual, por cierto, no establece normas para la confección de una familia o de una determinada organización social, que esto es cambiante a lo largo de los tiempos y los lugares, sino unos valores. Y entre ellos está la tolerancia y no está la exclusión.

Tampoco nos los crea Lola, nuestra amiga que, una vez conseguido el divorcio, sigue tirando del carro para que se mantenga la familia que constituyen sus hijos y ella. Nosotros la apoyamos para ayudar a que siga adelante, confiando en el cariño de las personas y en la bondad de la convivencia.

Tampoco lo hace multitud de parejas que no son creyentes y con las que trabajamos día a día en diversas tareas de nuestro ámbito. Ellas entienden su compromiso matrimonial desde otras perspectivas y se esfuerzan, lo mismo que nosotros, por madurar juntos y educar a sus hijos en los valores éticos en los que creen y que son ampliamente compartidos por nosotros. A estas parejas les agradecemos, además, su coherencia y el profundo respeto que sienten por nuestra creencia y que manifiestan, entre otras cosas, al no hacer la pantomima social de casarse por la iglesia o de introducir a sus hijos en unos sacramentos que no tienen entronque con su vida.

Y por supuesto, no nos crea ningún problema que se tengan distintos puntos de vista sobre un tema tan profunda y maravillosamente humano, y por lo tanto sujeto a tantos avatares sociales, históricos y culturales, como es el de la sexualidad. La importancia está en que todos, desde sus particulares creencias o increencias, aportemos experiencias de relaciones psicológicamente maduras y gratificantes; no se trata de moralizar, sino de caminar hacia relaciones interpersonales maduras y, en lo posible, estables, pero siempre atentos a los problemas y situaciones de cada persona.

En donde sí puede estar el problema de todo esto es en el tratar de imponer una sola visión sobre el tipo de pareja y de familia que hay que hacer, sobre el tipo de sociedad que se debe construir, excluyendo, por malas e inmorales, otros tipos de visión del mundo y de la sociedad. Y esto no es de recibo; el Evangelio no es un recetario sobre como construir la sociedad, sino la adopción de un estilo personal de vida con unos valores para ofrecer libremente y compartir en la sociedad que nos ha tocado vivir, que no es mala en sí, pues está preñada de vida y de esperanzas, de personas con grandezas y miserias que buscan, se pierden y, a veces, van encontrando. “Y vio Dios que todo era bueno”.

Defender a la familia, ¿no tendrá más que ver con trabajar para eliminar las pésimas condiciones de trabajo de tantas parejas, los bajos salarios, la imposibilidad de hacer frente a una hipoteca sin trabajar los dos miembros de la pareja en jornadas interminables, de no poder congeniar aceptablemente el trabajo y la paternidad o maternidad? En definitiva, con mejorar las condiciones vitales de tantas familias que padecen incomunicación, falta de estímulo, pobreza y un largo etcétera de situaciones que limitan su capacidad normal de funcionamiento. Luego, eso sí, decimos alegremente que se desmoronan las familias como si de un azar caprichoso se tratase o de la acción de un determinado gobierno.

¿Cuántos de los que se manifiestan por las familias son responsables, en base a su posición social o laboral, del mantenimiento de esas situaciones injustas? Porque la contribución a un mundo más justo y solidario en el que se respete la dignidad de cada persona y se erradique la necesidad y la pobreza sí que está en el evangelio. Y la necesidad, en sus diversas variantes, y la pobreza, absoluta o relativa, si que son causa de deterioro social y no tanto, como creen algunos miopes, los pecados personales contra la carne.

Dicho esto solo nos quedar pasar un poco de vergüenza ajena y expresar a nuestra sociedad la convicción de que no todos los cristianos pensamos y vivimos como el grupo que se manifestará; es más, que ese grupo no es mayoritario en nuestra Iglesia, y nos estamos refiriendo a la Iglesia en sentido amplio y no circunscribiéndonos a la española de estos tiempos, en la que parece que habrá que sentar en el diván de un buen psicoanalista a algunos de sus miembros para ver si conseguimos curarla de ese ataque agudo de manía persecutoria. Decirle que se trata de un grupo que no ha digerido bien el concepto Reino de Dios y lo confunde con el de ciudad terrenal y que, de esta manera, defiende sus intereses de bienestar, comodidad, tranquilidad espiritual y, de paso, sus aspiraciones de poder social. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).


a última hora

a última hora

CAMBIO DE SEDE DE LA I ASAMBLEA DE REDES CRISTIANAS
COORDINADORA DE REDES CRISTIANAS

ECLESALIA, 19/10/07.- La Coordinadora de Redes Cristianas acaba de ser informada, por parte del Provincial de la Congregación de los PP. Agustinos del cual depende el Colegio San Agustín de Madrid, que la I Asamblea de Redes Cristianas "Globalicemos la dignidad humana" no podrá celebrarse en dicho colegio los días 10 y 11 de noviembre de 2007 tal y como estaba previsto. Estamos a la espera de conocer más detalles sobre el lugar de donde procede esa orden, y las causas de la misma. La Asamblea sigue adelante y tendrá lugar, con el mismo programa y en las mismas fechas en la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad Complutense de Madrid.

- Metro: Línea 6 (circular), Ciudad Universitaria
- Autobuses: 82, 132
- Aparcamiento: en la puerta de la Facultad
- La Facultad de se encuentra a unos 10 minutos andando desde el metro de Ciudad Universitaria, al salir a la Avenida Complutense, hay que dirigirse a la derecha, según puede verse en el mapa: www.mat.ucm.es (pinchando en General y luego en ubicación).

Os pedimos disculpas en este cambio a pocas semanas de la celebración de la Asamblea. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

- - -> Para más información: www.redescristianas.net

mandar

mandar

OBEDECER Y MANDAR EN LA IGLESIA
JOSÉ IGNACIO CALLEJA
VITORIA-GASTEIZ.

ECLESALIA.- 11/06/07. Se queja el Sr. Cardenal Primado, D. Antonio Cañizares, de que la Iglesia, al igual que la sociedad española, también sufre divisiones y que está “como desgarrada y hecha jirones”. Subrayo el como, porque tiene su importancia. He visto titulares de prensa que lo quitan. No estoy de acuerdo. Insisto. Hay que darle importancia a ese adverbio de modo. Me dirá alguno que son argucias del lenguaje eclesiástico o juicios indefinidos que siempre dejan una puerta de salida. No digo nada; sólo que la frase dice “como desgarrada y hecha jirones”. Me gustan estas precisiones. Me dicen, “es igual”. Y digo, “sí, como colocar las piezas de un puzzle en cualquier lugar”.

Más profundamente, un comentario a vuela pluma. Desde luego que hay mucha diversidad de posiciones en la Iglesia y esto genera dificultades y, a veces, hasta conflictos. Pero, ¿cuántas veces estas situaciones vienen complicadas y agravadas porque falta en quienes tienen el ministerio de gobierno el don de integrar a los diferentes y las diferencias en la fraternidad de la Iglesia? Queremos resolver las diferencias a golpe, ¡perdón!, de posiciones pastorales y doctrinales harto conservadoras, siempre mirando con miedo a lo nuevo y distinto. No leemos el Evangelio con la mínima libertad, sino a la defensiva, espiritualizándolo en lo posible, y marcando el terreno de nuestras competencias ante la sociedad. Poca libertad, menos gratuidad y escasa encarnación. Se oyen cantos de sirena que llaman a los que tienen el ministerio de gobierno a ser rotundos, firmes y, si preciso es, drásticos con el derecho canónico en la mano. Curiosa tentación la de querer obrar bien reproduciendo los modos de gobierno del mundo. ¿Es que la claridad evangélica nos viene regalada con sólo mirar a la neoescolástica? ¿Es qué la sencillez evangélica podemos confundirla con la simpleza en las ideas y el sometimiento en las relaciones? Sé que nadie puede abusar de la libertad evangélica o que puede confundirla con sus personales filias y fobias, pero tengo para mí que, en este momento, el mayor peligro lo corren quienes en el ministerio de gobierno quieren acertar encajonando el cristianismo en un cauce de paredes rocosas y casi tocando el cielo. Es posible que su conciencia personal se sienta más serena, pero ¿cuánto no sufren las bienaventuranzas? No juzgo intenciones, hablo de lo que resulta cotidianamente como colectividad eclesial en los pueblos de occidente.

La otra dirección que yo apuntaría, tiene que ver con un hecho mayor de nuestra cultura pública. Los cristianos, ordenados o no, somos contemporáneos de la cultura democrática y miembros de esa sociedad. Por mucho que sepamos de las diferencias entre la Iglesia y la sociedad, nosotros somos ciudadanos de mentalidad democrática, hijos de la cultura de los derechos (y deberes) humanos. Lógicamente, esto no vamos a dejarlo en la puerta de las Iglesias. ¡A Dios gracias! Lo cual significa que para los cristianos de hoy, el debate de ideas y razones es connatural a su pertenencia a cualquier colectividad. Si la Iglesia no sabe articular bien esta nueva conciencia general de sus miembros y no acierta a ordenar con mediaciones de participación y gobierno concretos el pluralismo inconfortable que genera, tenemos un problema. Tampoco podemos pretender evitárnoslo por medio de apelaciones voluntariosas a la caridad fraternal entre todos. Luego si no acertamos con la salida, vamos a seguir dando palos de ciego entre la exhortación a la obediencia de los Srs. Obispos y “el encogerse de hombros” de muchos sectores cristianos. Supongo que no es fácil darle forma a esto, y hasta me dirán que ahí están los Consejos de Pastoral y otros. Es verdad, pero su servicio efectivo está todavía muy condicionado por la concentración del poder en la Iglesia y por el escaso hábito de trato con el pluralismo que arrastran los encargados del ministerio de gobierno en la comunidad. Sin duda la cosa es profunda y tiene que ver con las reglas, pero los hábitos y actitudes en las personas considero que en la Iglesia son determinantes; y los hábitos y actitudes son todavía, y mayoritariamente, entre paternalistas y autoritarios. En conciencia y queriendo lo mejor para la Iglesia, desde luego, pero paternalistas y autoritarios. Tenemos que corregir. Y aprender a obedecer, se me dirá. Y aprender a mandar, repito por mi parte. Obedecer es muy difícil, pero saber mandar, lo es más. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

es tiempo

es tiempo

ES TIEMPO DE ENCARNAR EN EL MUNDO EL ABRAZO DE DIOS
En oración por la diversidad*
COMUNIDAD DEL BUEN AIRE
MADRID.

ECLESALIA, 21/05/07.- Es tiempo de encarnar en el mundo el abrazo de Dios, y que nuestro abrazo sea su abrazo al otro. Es tiempo de revelarnos ante el mundo de revelarle su amor en nuestro amor, de poner, ya no la carne en el asador sino el propio corazón regalar. Es tiempo de orar, de dar gracias a Dios por ser todos imagen suya y que su imagen sea tan diversa, de pedir a Dios la creatividad del Espíritu para acertar un nuestra revolución, la revolución de los pobres, de los locos, de los bienaventurados. Es tiempo de orar junto al Padre, de sentir su aliento en nuestra alma, en nuestra casa, de abrir las puertas de las iglesias para que también aquí sople su aliento.

Los que creemos que el sueño de Dios se encarna en las manos de cada mujer y hombre que puebla la tierra damos la bienvenida a los que creen que cada hombre y mujer ha sido concebido para luchar por un mundo más libre.

Los que sabemos que ninguna bandera puede separar al hombre del hombre acogemos a los que saben que ninguna palabra puede ahogar el compromiso por la Palabra. Sed bienvenidos a una celebración de la diversidad de gentes que seguimos el Evangelio, cada uno desde nuestra realidad, historia y cultura. Contribuyendo a construir una iglesia abierta al mundo, donde quepamos todos, y especialmente pendientes de los más excluidos, los más olvidados.

Celebramos así, la fe que nos han transmitido nuestros padres y hermanos de comunidad mientras compartimos la vida, la fe que nos de la vitalidad para afrontar el tiempo del compromiso.

Por que la tarea es mucha y nosotros no tantos; hay tanto que amar, tanto que revolucionar que no es tiempo de división, de dialécticas alrededor de la fe o del pobre. Es tiempo de ponernos a tiro de la nueva vida que Dios nos ofrece, sabiendo que en su mano siempre encontraremos un rincón en el que descansar, charlar, orar, llorar y reír, pero sin olvidar nunca que los primeros en la mano de Dios llegaron a esta playa en patera, se rompen los puños contra los muros del chabolo se ganan la vida vendiendo su cuerpo que nunca su amor, lloran mientras ven como un mal bicho mata a la sangre de su sangre, pasean solos por un parque con una vida por contar pero sin nadie que le escuche, les duelen los golpes de la violencia que se disfrazo de besos murieren con la ultima bomba del ultimo atentado en la tierra recién re-conquistada

La comunidad del Buen Aire os da la bienvenida a todos, con especial cariño a la comunidad de San Carlos y a la comunidad de la Almudena, desde lo mejor de cada uno… oremos y vivamos. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).


* Texto de acogida del encuentro de oración por la diversidad de la Iglesia "Unidos en la diferencia" de la tarde del viernes 18 de mayo en la madrileña parroquia del Santa María del Buen Aire.

Toda la celebración en http://www.archive.org/search.php?query=OracinDiversidad

inmigrantes muertos

inmigrantes muertos

INMIGRANTES MUERTOS
6000 vidas apagadas, 6000 velas encendidas
JULIO ROLDÁN
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (ISLAS CANARIAS).

ECLESALIA, 04/05/07.- La noche del lunes 30 de abril brilló de modo especial en la Playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria. En ella se encendieron 6.000 velas por otras tantas vidas de inmigrantes muertos el pasado año en las costas canarias. El acto estuvo organizado por el Secretariado diocesano de juventud, así como la parroquia Corazón de María, Cáritas Diocesana, coordinadora de ONGs, FERE, así como distintas confesiones religiosas.

Este gesto solidario pretendía sensibilizar a la sociedad canaria sobre un hecho doloroso como es el fenómeno de la inmigración. Familias enteras, adultos, niños, jóvenes, creyentes y no creyentes se dieron cita en esta convocatoria especial. Más de un millar de asistentes. Setenta voluntarios con camisetas naranjas formaban parte de la organización. Una pantalla gigante mostraba videos de la llegada de inmigrantes en cayucos, asimismo algunos paneles informaban sobre esta realidad cotidiana que vive el archipiélago canario. Un suave fondo de música instrumental y étnica invitaba a la reflexión. También estuvieron presentes los ritmos africanos con un grupo de jóvenes senegaleses, que animaron al canto y a la danza de todos los participantes.

El acto se inició con la proclamación de un manifiesto, leído por varios miembros de la organización, seguido de un minuto de silencio en recuerdo de los seis mil inmigrantes muertos en el mar, cuando intentaban alcanzar un futuro mejor. En el manifiesto se declaraba que “el inmigrante es víctima, no verdugo”, así como el recuerdo de que la población canaria fue también emigrante. También se denunció el negocio que se hace de la inmigración y ante todo esto se declaró que “es necesaria por tanto la solidaridad”. Desde ahí, la declaración que hacía un llamamiento a la sociedad canaria. Una invitación a que “se cuestione y reflexione sobre el origen de la emigración, sobre el reparto tan desequilibrado de la riqueza en el mundo”. Concluía el manifiesto llamando a la implicación activa para solicitar “una resolución internacional justa para los problemas de desigualdad en el acceso a los recursos elementales”. Finalmente, se solicitaba a la sociedad canaria “que apueste por la austeridad y el descenso de nuestro consumismo a favor de ese reparto”.

Momentos después se encendieron las velas que portaban los asistentes y se colocaron sobre la arena de la playa. Quienes lo desearon se acercaron en silencio a la orilla para realizar una oración personal. Cerca de la media noche concluyó este gesto solidario que fue valorado muy positivamente tanto por los organizadores, como los asistentes al encuentro. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).