sínodo eucaristía
ANTE EL PRÓXIMO SÍNODO DE OBISPOS
FRANCISCO ASENSI
VALENCIA.
ECLESALIA, 22/09/05.- La Curia Romana ha preparado (por su cuenta, como es costumbre inmemorial), un documento de trabajo preparatorio para ese Sínodo, que tendrá lugar en Roma del 2 al 23 del próximo mes de Octubre. Los obispos (únicos doctores que detentan la sabiduría sobre todas las materias) se reunirán para estudiar y diagnosticar los males que aquejan a la Iglesia, e imponer las soluciones a la grey (rebaño obediente, sin voz ni voto).
Sus eminencias, desde su torre de marfil, se han asomado al mundo. Con sorpresa y gran frustración, se dan cuenta de que sus propios fieles ni escuchan su doctrina ni les hacen caso ¿Qué está pasando, se preguntan desolados.
La culpa de tanto mal como detectan la tienen todos, especialmente este mundo cuya mentalidad secularizada se ha colado en la propia Iglesia. En ningún momento se paran a reflexionar sobre su responsabilidad y sus propios pecados. Ni el papa ni los cardenales están acostumbrados a entonar, en tiempo real, el mea culpa. Si alguna vez lo hacen, será dentro de quinientos o seiscientos años.
Veamos cuáles son algunas de sus preocupaciones:
1.- Existe una gran desproporción entre los muchos que comulgan y los pocos que se confiesan. Muchos no sienten la necesidad y la obligación de confesar sus pecados al sacerdote.
2.- La crisis llega al extremo de que muchos católicos divorciados reciben la comunión. Otros, aún negando las enseñanzas de la Iglesia o sosteniendo públicamente opciones inmorales, como el aborto. No sólo eso. Hay quienes apoyan a candidatos políticos favorables al aborto o a otros actos graves contra la vida, la justicia y la paz.
3.- Está en crisis no sólo el sentido de pecado sino el sentido de pertenencia a la Iglesia.
4.- Ante este panorama, hay que dar más relieve a la santificación y conversión personales y enfatizar aún más la unidad entre la enseñanza de la Iglesia y la vida moral.
5.- En este sentido, los católicos que ocupan cargos relevantes en política deben tomar conciencia de su especial responsabilidad.
La confesión ha caído en picado. La doctrina sobre la sexualidad, en todas sus vertientes, no se sigue. Se pasa olímpicamente de los preceptos y de las enseñanzas eclesiásticas La jerarquía está considerada como una institución anquilosada y obsoleta
Estos y otros muchos desbarajustes, que la Curia detecta en sus fieles (también en muchos sacerdotes), vistos desde otra perspectiva, pueden tomarse como signos de los tiempos y síntomas de que el laicado y el hombre de hoy han llegado a su mayoría de edad.
Es curioso que, cuando se trata ad extra (de oponerse a determinados gobiernos, a éticas que no son la suya, etc.), los obispos clamen por la objeción de conciencia. Y cuando se trata de cuestiones ad intra, la maticen hasta hacerla sospechosa: El hombre moderno, insistiendo unilateralmente sobre el juicio de la propia conciencia, puede llegar a trastocar el sentido del pecado; transformando la distinción entre el bien y el mal en una distinción subjetiva.
Sigo a pie juntillas a Navarro Valls, portavoz de la Santa Sede y preclaro miembro del Opus Dei, cuando dice: la conciencia es la más alta instancia sobre la conducta de una persona. Más aún: quien actúa en contra de su conciencia, abdica de sí mismo. Con sumo agrado recibiremos las enseñanzas del Sínodo de los Obispos siempre que no vayan contra el sentido común, contra el Evangelio o contra nuestra conciencia.
--------------
El pasado 9 de septiembre, en el marco del XXV congreso de teología, Eclesalia participó en la primera reunión de grupos y colectivos cristianos de talante aperturista de la Iglesia católica española. Acudimos a la invitación que se nos había hecho. Después de las presentaciones de unas veinticinco personas, cristianas y cristianos representantes de casi todas las regiones y de varios colectivos de Iglesia, escuchamos con esperanza los planteamientos que fuimos haciendo en torno a la necesaria coordinación de sentires comunes presentes en numerosos grupos dispersos en nuestro país...
- - -> Sigue la información en www.eclesalia.blogia.com del día 14 de septiembre de 2005.
FRANCISCO ASENSI
VALENCIA.
ECLESALIA, 22/09/05.- La Curia Romana ha preparado (por su cuenta, como es costumbre inmemorial), un documento de trabajo preparatorio para ese Sínodo, que tendrá lugar en Roma del 2 al 23 del próximo mes de Octubre. Los obispos (únicos doctores que detentan la sabiduría sobre todas las materias) se reunirán para estudiar y diagnosticar los males que aquejan a la Iglesia, e imponer las soluciones a la grey (rebaño obediente, sin voz ni voto).
Sus eminencias, desde su torre de marfil, se han asomado al mundo. Con sorpresa y gran frustración, se dan cuenta de que sus propios fieles ni escuchan su doctrina ni les hacen caso ¿Qué está pasando, se preguntan desolados.
La culpa de tanto mal como detectan la tienen todos, especialmente este mundo cuya mentalidad secularizada se ha colado en la propia Iglesia. En ningún momento se paran a reflexionar sobre su responsabilidad y sus propios pecados. Ni el papa ni los cardenales están acostumbrados a entonar, en tiempo real, el mea culpa. Si alguna vez lo hacen, será dentro de quinientos o seiscientos años.
Veamos cuáles son algunas de sus preocupaciones:
1.- Existe una gran desproporción entre los muchos que comulgan y los pocos que se confiesan. Muchos no sienten la necesidad y la obligación de confesar sus pecados al sacerdote.
2.- La crisis llega al extremo de que muchos católicos divorciados reciben la comunión. Otros, aún negando las enseñanzas de la Iglesia o sosteniendo públicamente opciones inmorales, como el aborto. No sólo eso. Hay quienes apoyan a candidatos políticos favorables al aborto o a otros actos graves contra la vida, la justicia y la paz.
3.- Está en crisis no sólo el sentido de pecado sino el sentido de pertenencia a la Iglesia.
4.- Ante este panorama, hay que dar más relieve a la santificación y conversión personales y enfatizar aún más la unidad entre la enseñanza de la Iglesia y la vida moral.
5.- En este sentido, los católicos que ocupan cargos relevantes en política deben tomar conciencia de su especial responsabilidad.
La confesión ha caído en picado. La doctrina sobre la sexualidad, en todas sus vertientes, no se sigue. Se pasa olímpicamente de los preceptos y de las enseñanzas eclesiásticas La jerarquía está considerada como una institución anquilosada y obsoleta
Estos y otros muchos desbarajustes, que la Curia detecta en sus fieles (también en muchos sacerdotes), vistos desde otra perspectiva, pueden tomarse como signos de los tiempos y síntomas de que el laicado y el hombre de hoy han llegado a su mayoría de edad.
Es curioso que, cuando se trata ad extra (de oponerse a determinados gobiernos, a éticas que no son la suya, etc.), los obispos clamen por la objeción de conciencia. Y cuando se trata de cuestiones ad intra, la maticen hasta hacerla sospechosa: El hombre moderno, insistiendo unilateralmente sobre el juicio de la propia conciencia, puede llegar a trastocar el sentido del pecado; transformando la distinción entre el bien y el mal en una distinción subjetiva.
Sigo a pie juntillas a Navarro Valls, portavoz de la Santa Sede y preclaro miembro del Opus Dei, cuando dice: la conciencia es la más alta instancia sobre la conducta de una persona. Más aún: quien actúa en contra de su conciencia, abdica de sí mismo. Con sumo agrado recibiremos las enseñanzas del Sínodo de los Obispos siempre que no vayan contra el sentido común, contra el Evangelio o contra nuestra conciencia.
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El pasado 9 de septiembre, en el marco del XXV congreso de teología, Eclesalia participó en la primera reunión de grupos y colectivos cristianos de talante aperturista de la Iglesia católica española. Acudimos a la invitación que se nos había hecho. Después de las presentaciones de unas veinticinco personas, cristianas y cristianos representantes de casi todas las regiones y de varios colectivos de Iglesia, escuchamos con esperanza los planteamientos que fuimos haciendo en torno a la necesaria coordinación de sentires comunes presentes en numerosos grupos dispersos en nuestro país...
- - -> Sigue la información en www.eclesalia.blogia.com del día 14 de septiembre de 2005.
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