jaime de nevares
RECORDANDO A DON JAIME DE NEVARES
LUIS FERNANDO CONDE
NEUQUEN (ARGENTINA).
ECLESALIA, 24/05/05.- En estos días a diez años de tu partida te recordamos querido Don Jaime rodeados de un clima de lucha y desconcierto. De lucha por todos los trabajadores estatales y no estatales que están actualmente en conflicto, y que por distintos motivos no logran concretar sus pedidos justos ante una patronal insensible y con cierto grado de soberbia.
Desconcierto porque me parece que la iglesia de Neuquen ya no es lo que era entonces, tanto en feligresía como en el clero que encabeza el actual Obispo. Ya no escuchamos más desde la catedral aquellas palabras los domingos a la mañana, en donde Don Jaime nos aleccionaba, consolaba y daba fuerzas para seguir luchando por un mundo más justo. En cambio escuchamos a veces lecciones de moralina burguesa y algunas historias anecdóticas que rayan lo banal. Para colmo tenemos actualmente un colegio de obispos con una mayoria bien "romanizada" y conservadora, parece que su función principal es estar permanentemente condenando los desvíos sociales y ofrecer en algunos casos soluciones extremas como es la de arrojar algunas personas al mar con una piedra alrededor de su cuello, tal como se hiciera en la época del dictador Videla con la colaboración de algunos militares de obediencia ciega.
A Don Jaime lo nombró el Papa Juan XIII, a los actuales los nombró el Papa del Opus Dei Woytila, que dejó un sucesor que va a continuar esta línea conservadora y absolutista y quizás la perfeccione como es el "panzercardenal" Ratzinger, heredero de los Torquemadas que tanto daño hicieron a la humanidad y los propios creyentes que caían en desgracia, como hoy por ejemplo los teólogos de la liberación... No obstante esperemos que la misma luz que alumbró Don Jaime nos siga marcando el rumbo, codo a codo como cuando se agarraba de las madres de plaza de mayo, un rumbo de paz, justicia y verdad. El señor Jesús seguramente se acordará de nosotros cuando vea allá arriba la figura de nuestro amigo Jaime y entonces nos de amparo, protección y fuerzas para parar tanta injusticia, soberbia e hipocresía y tal vez nos regale otra figura parecida con la cual aprendimos a conocer la doctrina del amor infinito y la misericordia de nuestro amado Maestro. Que así sea.
LUIS FERNANDO CONDE
NEUQUEN (ARGENTINA).
ECLESALIA, 24/05/05.- En estos días a diez años de tu partida te recordamos querido Don Jaime rodeados de un clima de lucha y desconcierto. De lucha por todos los trabajadores estatales y no estatales que están actualmente en conflicto, y que por distintos motivos no logran concretar sus pedidos justos ante una patronal insensible y con cierto grado de soberbia.
Desconcierto porque me parece que la iglesia de Neuquen ya no es lo que era entonces, tanto en feligresía como en el clero que encabeza el actual Obispo. Ya no escuchamos más desde la catedral aquellas palabras los domingos a la mañana, en donde Don Jaime nos aleccionaba, consolaba y daba fuerzas para seguir luchando por un mundo más justo. En cambio escuchamos a veces lecciones de moralina burguesa y algunas historias anecdóticas que rayan lo banal. Para colmo tenemos actualmente un colegio de obispos con una mayoria bien "romanizada" y conservadora, parece que su función principal es estar permanentemente condenando los desvíos sociales y ofrecer en algunos casos soluciones extremas como es la de arrojar algunas personas al mar con una piedra alrededor de su cuello, tal como se hiciera en la época del dictador Videla con la colaboración de algunos militares de obediencia ciega.
A Don Jaime lo nombró el Papa Juan XIII, a los actuales los nombró el Papa del Opus Dei Woytila, que dejó un sucesor que va a continuar esta línea conservadora y absolutista y quizás la perfeccione como es el "panzercardenal" Ratzinger, heredero de los Torquemadas que tanto daño hicieron a la humanidad y los propios creyentes que caían en desgracia, como hoy por ejemplo los teólogos de la liberación... No obstante esperemos que la misma luz que alumbró Don Jaime nos siga marcando el rumbo, codo a codo como cuando se agarraba de las madres de plaza de mayo, un rumbo de paz, justicia y verdad. El señor Jesús seguramente se acordará de nosotros cuando vea allá arriba la figura de nuestro amigo Jaime y entonces nos de amparo, protección y fuerzas para parar tanta injusticia, soberbia e hipocresía y tal vez nos regale otra figura parecida con la cual aprendimos a conocer la doctrina del amor infinito y la misericordia de nuestro amado Maestro. Que así sea.
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