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ecleSALia del 11/04/07 al 31/07/10

sorpresa

NOTA: Estamos recibiendo reacciones ante el cese de Juan Masiá (suspendido de la dirección de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia de Comillas) que coinciden en mostrar tristeza e indignación. Según publicaba hoy El Periódico de Aragón "fuentes próximas al destituido han explicado que el Superior Provincial de la Compañía de Jesús ha dado orden de que su último libro, Tertulias de Bioética, cuya primera edición prácticamente se ha agotado, se ha retirado de la venta y que la editorial Sal Terrae, propiedad de los jesuitas, no lo reedite". El diario El País publicaba ayer domingo "profesores y alumnos de Comillas sostienen que Juan Masiá estaba en el punto de mira de los responsables de velar por la doctrina desde que en otoño de 2004 publicó en la revista Eclesalia el artículo Exageraciones en mi país". Referimos también el enlace a este y otros artículos publicados en nuestro informativo. Seguimos caminando, Juan. Paz y bien.


SORPRESA EN ROMA
JOSÉ IGNACIO CALLEJA, Profesor de Moral Social Cristiana
VITORIA-GASTEIZ.

ECLESALIA, 30/01/06.- A lo mejor Usted ha oído que el Papa ha escrito una carta importante, de esas que llaman “Encíclicas”. A lo mejor Usted se ha encogido de hombros y se ha dicho, ¿y a mí qué?; eso será para los curas, ¿no? Además, vaya novedad decir que “Dios es Amor”.

El caso es que el Papa actual, cuando era cardenal, se llamaba Joseph Ratzinger y era conocido como el guardián de la fe. En fin, no es que diera miedo, pero lo cierto es que se dedicaba a fijar la doctrina y a parar los pies a más de un teólogo atrevido. En estas andanzas se fue ganando fama de muy conservador, lo cual en la Iglesia tampoco es tan difícil, no vayamos a engañarnos. Pero él se ganó esta fama con creces. Eso sí, todo el mundo le reconocía su condición de teólogo de primera fila, lo cual es tanto como decir, inteligente, culto y con criterio propio y bien fundado. Parece lógico pensar esto, si ha llegado a Papa, pero conviene destacarlo. No es muy habitual que a Papa llegue alguno de los grandes teólogos. Por lo general la gente creadora de ideas y la gente de gobierno no suelen coincidir en las instituciones. Hay excepciones, claro está, pero así pasa en la Iglesia y en la Política.

El caso que de Ratzinger pensábamos así y Ratzinger, ahora Benedicto XVI, nos ha escrito su primera Carta Encíclica y nos ha dejado sorprendidos, casi boquiabiertos. La ha titulado “Dios es amor”. Viene a decir que el ser humano necesita del amor como del aire que respira; que el amor es una experiencia rica y variada que templa la pasión arrebatada del enamoramiento con la entrega a fondo perdido al ser querido; que el cristianismo acoge esta experiencia humana y la reconoce como la imagen de Dios en nosotros, porque Dios es amor; que ese Dios Amor se ha manifestado en Jesucristo con una claridad y una preferencia por los necesitados incuestionables; que la Iglesia tiene que traducir esta experiencia de fe, en caridad con los más necesitados, dentro de ella, y fuera, en el mundo; que esto es tan consustancial con ella como el anuncio del Evangelio y la Liturgia; que no ha de avergonzarse en defender y practicar la caridad, seria y bien organizada, como si estuviese, así, ocultando las injusticias; que tampoco ha de ser ingenua en cuanto a las injusticias y sus causas; que la política es una actividad que debe regirse por la justicia del bien común, los Derechos Humanos, y que exige valoración ética; pero que en su concreción, es autónoma, y a la Iglesia no le toca sustituirla o competir con ella; que para conseguir este aprecio de la caridad en la vida de la Iglesia, hace falta mucha fuerza interior, de ahí la oración cristiana encarnada; mucha sensibilidad humana, de ahí el hermanamiento con los necesitados y sus necesidades; y mucha sinceridad, de ahí la experiencia en carne propia de que Dios es Amor gratuito y Perdón, porque nadie puede hablar de lo que no conoce. ¿De qué otro modo, sino con éste, se manifestó Dios en Jesucristo?

Todo esto parece tan evidente que cómo podré decir que nos ha dejado casi boquiabiertos. Pues, verá Usted, lo digo porque lo hace en una lección de 25 folios, eso sí, precisos y ordenados, con un estilo sencillo, más propio de un profesor que del Papa, respetuosos con los distintos, pensando en una Iglesia que quiere colaborar con lo mejor de su mundo, que entiende sus convicciones como una propuesta a la razón y a la libertad de la gente. Es tal la insistencia en que a los cristianos, “por la obras los conoceréis” y, sobre todo, por la obras de amor con los más débiles, que, dicho así, con esa insistencia, claridad y sencillez, es como un soplo de aire fresco en la Iglesia.

Indudablemente, el texto tiene aspectos que a mí me gustarían de otro modo. Especialmente, yo preferiría ver algún apunte más crítico del neoliberalismo en relación a la caridad y la justicia. ¡Su capacidad de manipular las mejores intenciones de la buena gente es proverbial! Pero lo que hay me basta para decir que Ratzinger, perdón, Benedicto XVI, ha decidido airear un poco la atmósfera de la Iglesia. Y digo, ¡gracias!, porque era poco respirable. Léanla; si no se atreven con toda, lean aquello que más les pueda interesar. No perderán el tiempo. Y no se crean las simplificaciones. Tampoco ésta. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

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JUAN MASIÁ CLAVEL en ECLESALIA INFORMATIVO:
"De vuelta a mi país" en http://www.ciberiglesia.net/eclesalia/38-05enero.htm
"Reconocimiento mutuo y compañía digna" en http://www.ciberiglesia.net/eclesalia/43-05junio.htm
"Del siglo de las misiones a la era de las religiones" en http://eclesalia.blogia.com/2005/103102-nueva-mision.php
"Entre dos inquisiciones" en http://eclesalia.blogia.com/2006/011304-inquisiciones.php
"Caminar, tender puentes y vivir en la frontera" en http://eclesalia.blogia.com/2006/012701-cesado-masia.php

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