al descubierto
9 Tiempo Ordinario (A) Mateo 57, 21 27
¿CÓMO ESTAMOS CONSTRUYENDO?
ANTONIO PAGOLA
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
ECLESALIA, 28/05/08.- Los seguidores de Jesús daban a sus «palabras» una importancia trascendental. El cielo y la tierra podrán pasar; las palabras de Jesús, nunca. En Galilea habían conocido la fuerza de esa palabra que liberaba de la enfermedad, el sufrimiento, el pecado y los miedos. Ahora, en las comunidades cristianas, experimentaban que introducía verdad en sus vidas, los «resucitaba» por dentro, los llenaba de vida y paz.
Por eso Mateo recoge una parábola en la que subraya algo que los cristianos hemos de recordar hoy continuamente de manera clara y concreta: ser cristiano es «practicar» las palabras de Jesús, «hacer realidad» su evangelio. Si no se da esto, nuestro cristianismo es «insensato». No tiene sentido.
La parábola es breve, simétrica y rítmica. Probablemente está redactada así para facilitar su enseñanza en la catequesis. Es importante que todos sepan que esto es lo primero que hay que cuidar en la comunidad cristiana: «escuchar» y «poner en práctica» las palabras que vienen de Jesús. No hay otra manera de construir una Iglesia de seguidores ni un mundo mejor.
El hombre sensato no construye su casa de cualquier manera. Se preocupa de lo esencial: edificar sobre «roca» firme. El insensato, por el contrario, no piensa lo que está haciendo: construye sobre «arena», en el fondo del valle. Al llegar las lluvias del invierno, las riadas y el vendaval, la casa construida sobre roca se mantiene firme, la edificada sobre arena «se hunde totalmente».
La parábola es una grave advertencia y nos obliga a los cristianos a preguntarnos si estamos construyendo la Iglesia de Jesús sobre roca, escuchando y poniendo en práctica sus palabras, o si estamos edificando sobre arenas inseguras que no poseen la solidez ni la garantía del evangelio.
La crisis actual está poniendo al descubierto la verdad o la mentira de nuestra vida cristiana. No basta hacer análisis sociológicos ni adoptar reacciones instintivas. ¿No ha llegado el momento de hacer un examen de conciencia en nuestras comunidades y en la Iglesia, a todos los niveles, para cuestionar falsas seguridades y poner nombre concreto a la falta práctica de Evangelio? No basta confesar a Jesús «Señor», «Señor» si no hacemos la voluntad del Padre. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
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