nos ama
DIOS NOS AMA
CECILIA OBAMA, comunidad Ayala
MADRID.
ECLESALIA, 27/07/06.-Si tienes a Dios, nunca te faltará nada; tendrás su amor y compañía. Por eso sólo en él debes depositar tu confianza. Él es nuestra esperanza. Podemos pedirle su ayuda y nos la dará; a veces tarda, pero siempre llega y no nos defrauda.
Dios nos ama más de lo que imaginamos, y quiere que seamos felices, pero esta felicidad tiene un precio: estar atento cada día en todo lo que nos suceda, bueno o malo, para preguntarle qué podemos hacer en tales situaciones. ¿Cómo sabemos que nos responde? Se puede presentar una señal. Esa señal puede ser una coincidencia. Son esas cosas que parecen insignificantes pero, si estamos atentos, podemos percibir la presencia de Dios. También está la Biblia. En ella podemos tener una conversación con él. Una lectura, la lees, la escuchas bien, y verás que alguna palabra te llama la atención. Y lo comparas con algún acontecimiento que te haya pasado a ti o a alguien de tu entorno.
Todas las historias bíblicas, escritas hace miles de años, son las mismas cosas que vivimos ahora en nuestra vida diaria. Por lo tanto, lo mejor es pensar que, ocurra lo que ocurra, bueno o malo, Dios está con nosotros en todo. Él no nos abandona, al igual que las mejores madres o padres no abandonan a sus hijos. Sin embargo, algunos no lo creen. Pero él se presenta en nuestra vida y en el entorno de lo que nos ocurre, y no lo sabemos, ni nos damos cuenta, porque no estamos atentos a ello, o simplemente no lo pensamos; pero sí lo está. Si tu le haces un huequecito en tu corazón, entrará, y él te hará notar su presencia; todo lo demás vendrá por añadidura. En cambio, si endurecemos nuestro corazón, no podremos creer en Dios ni en nada.
El amor de Dios no acaba, no tiene fin, es para siempre. No quiere decir que cuando lo pasemos mal, no nos ame. Podemos preguntarle el porqué de todo, quizás para aprender de nuestros errores. Pero ¿nos pide algo más? Su palabra es mayor que todos nosotros. Es el principio de la vida. Es amor, y el amor es la lengua que todo corazón entiende, porque donde hay amor habita Dios.
Después de estar fuera de mi país 30 años, sin poder volver por darse así las circunstancias de la vida, en 2003/04, mis hijas y yo pudimos ir allá para que ellas pudieran conocer sus raíces, y yo para recordar mi infancia y a la familia que allí me queda. Fue bueno y maravilloso. Una experiencia en la que Dios estuvo presente milagrosamente. Por eso, desde mis propias experiencias, puedo decir que Dios me ama.
Y ahora os digo de parte de Dios, paz a vosotros, que paséis buen verano y hasta la vuelta. Un fuerte abrazo para todos. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
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