Blogia
ecleSALia del 11/04/07 al 31/07/10

inquisiciones

ENTRE DOS INQUISICIONES*

JUAN MASIÁ, Universidad de Comillas

MADRID.

ECLESALIA, 13/01/06.- Se quejaba Unamuno del “odio teológico” y le dolía el “odio anti-teológico”, típicos del extremismo castellano. El primero atacaba desde el ala conservadora de los dogmatistas fanáticos, convirtiendo la fe en ideología. El segundo, desde las filas del cientificismo decimonónico, convirtiendo la ciencia una religión. Ambos prohibían pensar y no dejaban vivir.

También hoy, en nuestra sociedad e iglesia, cuesta la transición “del anatema al diálogo”. En los debates bioéticos, desentonan portavoces de “moralismo teológico” junto a los del “a-moralismo anti-teológico”.

La filosofía, en apuros entre “teólogos y científicos confesionales”, baila en la cuerda floja, entre la inquisición científica por la izquierda y la eclesiástica por la derecha, entre dogmatismos teológicos y exclusivismos científicos. Pero en foros sin crispación, la filosofía recupera un papel de puente y crítica, de recociliación y creatividad. Así es posible plantear la relación de bioética y religiones: 1) Las religiones se suman al diálogo interdisciplinar de la bioética, a la búsqueda común de criterios; pero sin arrogarse el dictar normas de moralidad a la sociedad civil, plural y democrática. 2) La Bioética se suma al diálogo interreligioso, ayudando a transformar modos de pensar y a revisar conclusiones a la luz de nuevos datos; pero sin imponer exclusivamente interpretaciones de sentido o perspectivas de valores sobre vida y muerte, dolor, salud o enfermedad. (Lo esxpuse en Bioética y Antropología, La gratitud responsable y Tertulias de Bioética). Pero habrá que evitar extravíos: a) El paternalismo moral o el fundamentalismo religioso, que convierten a la religión en ideología. B) El exclusivismo, que convierte a la tecnociencia en ideología.

La bioética reta a las religiones a tomar en serio ciencias y biotecnologías; perder el miedo a revisar radicalmente lo que se dice sobre comienzo y fin de la vida, sexualidad o manipulación biológica. Proponer datos y hacer pensar, pero sin imponer cosmovisiones.

La religiones pueden proponer (no imponer) horizontes de sentido y esperanza; mirar cara cara a la muerte, sin empeñarse en prolongar la vida; paliar el dolor, sin hacer un ídolo del sufrimiento; asumir el derecho de las personas a decidir el modo de recorrer el proceso de morir o de intervenir responsablemente en los procesos de nacer y en el tratamiento de la salud. Proponer valores, pero sin dictar normas.

Las religiones tomando en serio a las ciencias y la bioética contando con la aportación de las religiones (sin privilegiarlas ni excluirlas) conducen a una fecundación mutua. Pero cuando una persona o asociación, científica o religiosa, se hace sectaria, se oponen ciencias y religiones, convertidas en ideologías.

¿Qué decir de la teología católica y la relación entre biotecnologías y creencias? Pondré tres ejemplos de funcionamiento de esa relación: bueno, regular y malo, respectivamente.

1) En los debates sobre trasplantes de órganos y constatación neurológica de la muerte, dicha relación funcionó bastante bien. 2) En los debates sobre limitación del esfuerzo terapéutico, cuidados paliativos y situaciones excepcionales de acelerar el proceso de morir, dicha relación está funcionando de un modo medianamente regular. 3) En los debates sobre sexualidad, reproducción médicamente asistida, tecnologías de clonación y manipulación de pre-embriones, dicha relación está funcionando bastante mal.

¿Las causas? Entre otras, paradigmas de pensamiento anquilosados, a nivel teórico, e intereses de política eclesiástica, a nivel práctico; ambos condicionados por un componente psicológico de miedo. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

*Resumen de la conferencia pronunciada el 21 de diciembre de 2005 en el ciclo sobre Bioética y Religiones organizado por la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, en la Universidad Carlos III de Madrid.

0 comentarios