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ecleSALia del 11/04/07 al 31/07/10

manifiesta posición

- LOS OBISPOS, LA FAMILIA Y LA POBREZA CERO, J. I. Calleja
- MANIFESTACIÓN “EPISCOPAL”, J. L. Herrero

LOS OBISPOS, LA FAMILIA Y LA POBREZA CERO
JOSÉ IGNACIO CALLEJA, Profesor de Moral Social Cristiana
VITORIA.

ECLESALIA, 14/06/05.- Hablemos sobre el apoyo del Comité Ejecutivo de los Obispos españoles a la manifestación del 18 de Junio, convocada por el Foro Español de la Familia. En su nota bajo el título "La familia sí importa", dicen que "la causa es justa" y, por tanto, "exige de los ciudadanos, en particular de los católicos, una respuesta clara e incisiva por todos los medios legítimos. Los fieles laicos responden adecuadamente cuando hacen uso de sus derechos democráticos a expresar su desacuerdo manifestándose pacíficamente".

Cualquiera puede ver que se trata de un respaldo a la manifestación tan sutil y matizado, que denota mucho debate interno y hasta desgana en no pocos. Pero lo dicho, dicho está.

Es un fastidio para un cristiano tener que llevar la contraria a sus Obispos. Lo que de verdad apetece es el silencio y dejar que las cosas pasen. El próximo 26 de Junio se celebrará el Día Internacional contra la Tortura en todo el Mundo; y ese mismo día 26 de Junio, tendrá lugar en Madrid la primera de una serie de manifestaciones dentro de la Campaña Internacional POBREZA CERO, convocando a la sociedad española para que presione a su gobierno, y a los gobiernos de los países más desarrollados, para que cumplan los objetivos comprometidos en el 2000, referidos a la erradicación de las peores expresiones de la pobreza antes del 2015. El lema, !Contra la pobreza, ¡presiona!

Me quedo esperando, en realidad, lo exijo, la nota del Comité Ejecutivo de los Obispos Españoles proclamando que esta causa es justa y que es un deber moral de los cristianos y de los ciudadanos de bien darle todo el respaldo público posible. Y lo espero para probar, al menos para probar, la coherencia moral de los Obispos ante una "cuestión de la mayor trascendencia moral y social". Tanto que "las enfermedades relacionadas con la pobreza matan a 500 niños cada hora". Me quedo a la espera.

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MANIFESTACIÓN “EPISCOPAL”
JUAN LUIS HERRERO DEL POZO, teólogo
LOGROÑO (LA RIOJA).

ECLESALIA, 14/06/05.- Digan lo que digan y preséntenlo como lo presenten, los obispos han convocado una manifestación contra la ley de matrimonios homosexuales. Derecho, derecho... ¿quién se lo va a negar? Pero, a mi juicio, se pasan tres pueblos ¡Ya está bien de ‘pastorear’ así! Si volviera Jesús los correría a gorrazos.

Pero no voy a entrar en el tema. La primera reacción como cristiano es de indignación, si bien, pensándolo en frío, vuelvo a mi inveterada opinión sobre los comportamientos de la jerarquía que tenemos, desde el Papa hasta los canónigos: ¡cuánto peor, mejor!

El mayor daño que deriva de su actuación lo es en razón de la credibilidad que aún les queda a los ojos de creyentes y agnósticos. Ésa es la fuente y causa del daño producido. Por consiguiente, más que perder la paz indignándonos y el tiempo rebatiéndolos en cada ocasión de traspiés evangélico, restémosles credibilidad, ‘pasemos’ de ellos. No es cierto que tengan autoridad en nombre de Dios en lo que dicen, no sólo porque desvarían con frecuencia (consúltese la historia: un Papa llegó a condenar la vacuna contra la viruela) sino porque, como dignatarios de una iglesia que Jesús no fundó, su única autoridad es la eventual coincidencia con el Evangelio, como en el caso de cualquier cristiano.

Por consiguiente ¿qué es lo mejor que podemos hacer? Ayudar, primero, a que se quiebre esa identificación que se concede a la jerarquía con la Iglesia en la opinión pública. Y, segundo, desear, para conseguirlo, que quede en evidencia su traición al evangelio. Y, en vistas a ello, cuanto peor lo hagan, mejor será. Hasta que se avergüencen de abrir la boca en público.

¿A partir de qué momento empezó a sospechar el pueblo cristiano que el Papa y los obispos se equivocaban y se inició el declive de su credibilidad? Hace cincuenta años, cuando publicó el Papa la encíclica “Humanae vitae” condenando los anticonceptivos. Para el pueblo sencillo aquello tuvo más negativa repercusión que el famoso “syllabus” condenando las libertades de la modernidad.

Así que ¡dejémosles que sigan metiendo la gamba!

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