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ecleSALia del 11/04/07 al 31/07/10

cesado masiá

cesado masiá

"Lección final" y noticia del cese de Juan Masiá:

‘CAMINAR, TENDER PUENTES Y VIVIR EN LA FRONTERA’
Lección final, antes de la jubilación
JUAN MASIÁ CLAVEL, jesuita; profesor propio ordinario de Antropología filosófica en la Facultad de Ciencias humanas y sociales, y de Teología Moral en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas; Director de la Cátedra de Bioética de la misma Universidad.
MADRID.

ECLESALIA, 27/01/06.- Con la brevedad aconsejable para estas ocasiones, elijo los tres textos bíblicos siguientes:

- Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan (Lc 24, 35).

- Según el Camino, que ellos llaman secta, doy culto al Dios de mis padres (Hechos 24, 14).

- Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28, 20).

El primer texto está tomado del camino de Emaús. Invita a encontrar a Jesús en el camino, en el pan y en la palabra; es decir, en la vida cotidiana, el compartir fraternal y el repartir justo, y en la comunicación alegre y esperanzadora de su Buena Noticia.

En el segundo texto, Pablo opta por el Camino y rechaza las estrecheces del grupo exclusivista (“secta”) y de la institución inmovilista (“ellos”).

En el tercer texto convergen los diversos lenguajes sobre la presencia del Crucificado Vivo para siempre. A la pregunta “¿Dónde está?” se responde de cinco maneras:

A) Está arriba: es el lenguaje de la Ascensión en clave apocalíptica de victoria. (Lc 24, 51)

B) Está a la derecha del Dios Padre/Madre: es el lenguaje escatológico recapitulación definitiva. (cgf. Heb 10, 12-13).

C) Está delante: es el lenguaje de la praxis y la cotidianidad. (Mc 16, 15).

D) Está en todo: es el lenguaje místico-cósmico. (Ef 4, 10; Jn 20, 17).

E) Está al lado: es el lenguaje de la comunidad en misión ad extra para tender puentes y vivir en la frontera. En este lenguaje se concentran los otros cuatro, es paradigma para pensar la iglesia, la comunidad y la misión. (Mt 28, 20).

La comunidad que camina, practicando el mensaje de Emaús, confronta tres tentaciones:

A) Reducirse a ser una institución y vivir para mantener la institución.

B) Convertirse, en el extremo opuesto, en secta, rechazando lo de fuera con exclusivismo e idolatrando a fundadores con culto a la personalidad.

C) Mantener un equilibrio diplomático entre ambos extremos, mediante el recurso a dobles estándares o dobles vidas, callar lo que se piensa y silenciar a quien se atreva a destapar el fraude.

Estas tres tentaciones se superan mediante la “cuarta vía”, mostrada en el citado texto de los Hechos: el Camino, la conversión, cambio y reforma continuos, la renuncia a instalarse en instituciones o encerrarse en sectas y el ánimo para conjugar mística y política, reconciliación y profecía.

Ignacio de Loyola captó esto muy bien. Quienes hemos heredado su pedagogía espiritual a través de los Ejercicios espirituales sentimos la vocación para vivir caminando, tendiendo puentes y haciendo equilibrios en la frontera. A veces habrá que hacer equilibrios de cuerda floja para estar en la frontera: entre la investigación y la divulgación, entre la investigación y la educación, entre estar presente en los medios y no dejarse manipular por ellos, entre la pastoral y la labor en tierras de marginación, entre la espiritualidad y la moral, entre Oriente y Occidente, entre Roma y Jerusalén, entre ciencias y creencias, entre la fidelidad y la creatividad, entre la pastoral ad intra, y la misión ad extra.

Para vivir con optimismo y alegría bailando en la cuerda floja nos anima la esperanza, “segura y sólida ancla del alma” (Heb. 6, 19). (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

En Madrid, en la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas, a 18 de enero, del 2006.


El jesuita Juan Masiá, cesado de Comillas
Vida Nueva, Nº 504, 28/01/06.- Las presiones ejercidas por una parte de la jerarquía eclesiástica estarían detrás del cese del jesuita Juan Masiá Clavel como director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid la pasada semana.
La destitución le fue notificada por el rector, José Ramón Busto Saiz, tras mantener conversaciones con el propio Masiá y con el Provincial de Castilla y Vice Gran Canciller de la universidad jesuita, según ha sabido “Vida Nueva”.
El jesuita murciano, que este mes de marzo cumplirá 65 años, también dejará completamente de desarrollar su labor docente en Comillas al finalizar el presente curso académico. Su sustituto al frente de la Cátedra podría darse a conocer el 15 de febrero.
Juan Masiá, que ocupaba la dirección desde febrero de 2004, rechazó la posibilidad planteada por sus superiores de flexibilizar sus opiniones, orales y escritas, sobre cuestiones bioéticas y de renunciar a divulgarlas a través de los medios de comunicación, lo que ha precipitado su cese.
Aunque las presiones a la Compañía de Jesús a propósito de los escritos de Masiá se remontan a hace más de un año, habrían arreciado tras la reciente publicación del libro Tertulias de Bioética (ver Vida Nueva, nº 2.500, p. 44), en donde aborda, con un tono coloquial y desenfadado, las consecuencias bioéticas que para la vida y la sexualidad se derivan de la evolución social y de la fe.
Previendo la polémica que este escrito podría suscitar, el religioso hacía constar en esas páginas que “por fidelidad a la Iglesia, por sentirnos Iglesia y sentirnos en la Iglesia, nos vemos obligados, no sólo a sentir con la Iglesia sino, en algunas ocasiones, a disentir en la Iglesia, a disentir razonable y responsablemente dentro de la Iglesia”.
La Cátedra de Bioética, creada en 1987, y de la que fue buque insignia hasta su muerte el también jesuita Javier Gafo, tiene, entre sus principales objetivos, “contribuir a iluminar los dilemas morales suscitados por los espectaculares avances de las ciencias biomédicas”.
José Lorenzo

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